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con plantas

  • 1 overgrow

    vt.
    1 crecer por doquier.
    2 cubrir con plantas o hierba; entapizar; remontarse sobre.
    3 crecer demasiado, hacerse demasiado grande para.
    vi.
    crecer o desarrollarse con exceso. -> outgrow (pt overgrew; pp overgrown)

    Nuevo Diccionario Inglés-Español > overgrow

  • 2 jardín


    jardín sustantivo masculino 1 ( con plantas) garden; jardín zoológico zoological garden, zoo; jardín de infancia or de niños nursery school, kindergarten 2
    los jardines sustantivo masculino plural ( en béisbol) the outfield;
    jardín central center( conjugate center) field
    jardín sustantivo masculino
    1 garden
    jardín botánico, botanical garden
    2 (guardería) jardín de infancia, nursery school, kindergarten ' jardín' also found in these entries: Spanish: botánica - botánico - chalet - dar - dedicarse - escuchimizada - escuchimizado - figura - forja - glorieta - gravilla - hacer - hierba - juguetear - lindeza - plantar - retozar - riego - suelta - suelto - abandonado - abrir - afuera - columpio - descuidar - encanto - farol - fuera - jardinear - laberinto - monumental - obrero - pabellón - parral - prado - puerta - regadera - regar - salir English: be - bed - border - botanical garden - end - folly - garden - gate - grasshopper - grouse - hoe - homegrown - hose - kindergarten - lay out - neat - nursery school - overgrown - playgroup - private - round - shame - shears - spruce - sunbed - wall - walled - well-kept - yard - back - beer - big - blitz - conservatory - fete - front - gardening - nursery - preschool - putter - set - wild

    English-spanish dictionary > jardín

  • 3 papa kuru

    s.(zoo) "gusano blanco ( larva de un coleóptero); gorgojo de los andes; gusano de papa que come el tubérculo (según la leyenda, el cuerpo del hijo que fue escondido con plantas de papa para evitar atender a su madre se convirtió en gusanos de papa)"

    Diccionario quechua - español > papa kuru

  • 4 arrandiar

    Arrandiar ou arrendar, ou arrandar, es trabajar la tierra por última vez amontonándola en el tallo de las plantas. Esta delicada operación debe de hacerse con las plantas de las patatas antes de que éstas florezcan, pues ya cuando las plantas tienen flor es muy peligroso arrandarlas, porque ya tienen sus raíces muy extendidas y al arrandiarlas se pueden cortar parte de ellas, privando por esto a la planta de producir más abundante fruto. Con el maíz sucede lo mismo. Arriándame mio'amu endenantes de quiapanoye, arrímame la tierra 'n sen tarrones al lláu la tuca, ya s'endespós del mes de la yerba chueve, dareite dus panoches en vez d'una. (Trabájame mi amo antes de que me salga la panoja, arrímame bien la tierra sin terrones al lado de mi tallo, y después del mes de la hierba (Julio) si llueve, te daré dos panojas en vez de una). Nadie puede hablar de estas cosas con propiedad si en verdad no las ha vivido, no mirando cómo otros las efectúan, sino haciéndolas el mismo. Trabajar la tierra es un arte que no admite equivocaciones, equivócate en sembrar el maíz y tendrás media cosecha si es que viene buen año, fai lu mesmu 'l arriandalu, y'entóus fixiste trabayu pal diañu. (Haz lo mismo al arrandar y entonces has hecho el trabajo para el demonio). La mejor época para sembrar el maíz en las aldeas de las montañas, es cuando las hojas de la higuera son de crecidas como l' uréa d'un xatu mamón (la oreja de un ternero lechón). Y el mejor momento para arriandarlo es aquel cuando los ñarbaxus (plantas del maíz) aún no se atisba el síntoma de panojar. El maíz es una de las plantas más delicadas que existen, trabajándola y abonándola bien es muy agradecida, y te dará una excelente cosecha siempre que el año sea propicio. El maíz debe de arriandarse siempre en los días de amuga (nublos o de poco sol), por regla general al hacer este trabajo siempre hay que arrabucar (arrancar) muchas plantas, ya que de tallo a tallo debe de haber una distancia aproximada de cuarta y media. Las plantas que se arrancan se tiran, porque no sirven para nada, ya que si las comiesen así de bravas los ganados, podría originar en ellos algunas peligrosas enfermedades. Sólo son buenas para los ganados, cuando el maíz ya ha florecido y perdido toda su bravura.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > arrandiar

  • 5 green

    ɡri:n
    1. adjective
    1) (of the colour of growing grass or the leaves of most plants: a green hat.) verde
    2) (not ripe: green bananas.) verde
    3) (without experience: Only someone as green as you would believe a story like that.) verde, novato; crédulo
    4) (looking as if one is about to be sick; very pale: He was green with envy (= very jealous).) verde

    2. noun
    1) (the colour of grass or the leaves of plants: the green of the trees in summer.) verde, verdor
    2) (something (eg paint) green in colour: I've used up all my green.) verde
    3) (an area of grass: a village green.) césped
    4) (an area of grass on a golf course with a small hole in the centre.) green
    5) (concerned with the protection of the environment: green issues; a green political party.)
    - greens
    - greenfly
    - greengage
    - greengrocer
    - greenhouse
    - greenhouse effect
    - the green light

    green adj n verde
    Se llama village green la zona verde o césped que solía haber en el centro de un pueblo inglés tradicional
    tr[griːn]
    1 (colour) verde
    2 (unripe, not dried) verde
    3 (environment friendly) verde, ecológico,-a
    4 (pale) pálido,-a
    5 (inexperienced) novato,-a, verde; (gullible) ingenuo,-a, crédulo,-a
    6 (jealous) envidioso,-a
    1 SMALLPOLITICS/SMALL los verdes nombre masculino plural
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to be green with envy morirse de envidia
    she was green with envy se moría de envidia, se la comía la envidia
    to give something the green light dar luz verde a algo
    to have green fingers SMALLBRITISH ENGLISH/SMALL tener buena mano para las plantas
    to have green thumbs SMALLAMERICAN ENGLISH/SMALL tener buena mano para las plantas
    green belt zona verde
    green card SMALLAMERICAN ENGLISH/SMALL permiso de residencia y trabajo
    green paper SMALLBRITISH ENGLISH/SMALL libro verde
    green pepper pimiento verde
    green salad ensalada verde
    green ['gri:n] adj
    1) : verde (dícese del color)
    2) unripe: verde, inmaduro
    3) inexperienced: verde, novato
    1) : verde m
    2) greens npl
    vegetables: verduras fpl
    adj.
    bisoño, -a adj.
    campo (de golf)
    (Deporte) adj.
    fresco, -a adj.
    verde adj.
    n.
    prado s.m.
    verde s.m.
    verduras s.f.pl.

    I griːn
    adjective -er, -est
    1) <paint/eyes> verde

    he was green with envyse moría de envidia

    green spaceszonas fpl or espacios mpl verdes

    green vegetablesverdura(s) f(pl) de hoja

    to have a green thumb o (BrE) green fingers — tener* mano para las plantas

    2)
    a) ( unripe) verde
    b) (colloq) (pred) ( inexperienced) verde (fam); ( naive) ingenuo
    3) ( Pol) verde, ecologista

    II
    1) u ( color) verde m
    2) c (in village, town) ≈plaza f ( con césped)
    3) greens pl ( vegetables) verdura f ( de hoja verde)
    4) c Green ( Pol) verde mf, ecologista mf
    [ɡriːn]
    1. ADJ
    (compar greener) (superl greenest)
    1) (in colour) verde

    to turn or go green — [tree] verdear

    she went green at the thought(=nauseous) se puso blanca solo de pensarlo

    - be green with envy
    gill I
    2) (=unripe) [banana, tomato, wood] verde
    3) (fig) (=inexperienced) novato; (=naive) inocente

    I'm not as green as I look! — ¡no soy tan inocente como parezco!

    4) (=ecological) [movement, vote, person] verde, ecologista; [issues, policy, product] ecologista
    2. N
    1) (=colour) verde m
    2) (=grassy area)
    a) (=lawn) césped m; (=field) prado m; (also: village green) césped m comunal
    b) (Sport) (in Golf) green m; (for bowls) pista f; bowling 2., putting 2.
    3) greens (Culin) verdura fsing

    eat up your greens! — ¡cómete la verdura!

    4) (Pol)
    3.
    ADV
    (Pol)

    to vote green — votar por el partido ecologista, votar a los verdes *

    4.
    VT (ecologically) hacer más verde
    5.
    CPD

    green algae Nalgas fpl verdes

    green bacon Ntocino m sin ahumar, beicon m sin ahumar (Sp), panceta f (S. Cone)

    green bean Njudía f verde, ejote m (Mex), poroto m verde (And, S. Cone), chaucha f (Arg)

    green belt N(Brit) zona f verde

    Green Beret N(Brit, US) (=person) boina mf verde

    green card N (in EC) (Aut) carta f verde; (in US) permiso de residencia y trabajo en los EE.UU.

    green channel N (at customs) canal m verde (en aduana)

    the Green Cross Code N(Brit) código m de seguridad vial

    green fingers NPL (Brit)

    to have green fingers —

    green goddess * N(Brit) coche de bomberos del ejército

    green light Nluz f verde

    - give sb/sth the green light

    green onion N(US) cebolleta f, cebollino m

    green paper N(Brit) (Pol) libro m verde

    the Green Party N — (Pol) el partido ecologista, los verdes *

    green pepper N(=vegetable) pimiento m verde, pimentón m verde (LAm)

    green pound N (ethical shopping) dinero de los que tienen una sensibilidad medioambiental

    green revolution, Green Revolution Nrevolución f verde

    green room N — (Theat) camerino m

    green salad Nensalada f (de lechuga, pepino, pimiento verde etc)

    green thumb N (US)

    to have a green thumb —

    green vegetables NPLverduras fpl de hoja verde

    * * *

    I [griːn]
    adjective -er, -est
    1) <paint/eyes> verde

    he was green with envyse moría de envidia

    green spaceszonas fpl or espacios mpl verdes

    green vegetablesverdura(s) f(pl) de hoja

    to have a green thumb o (BrE) green fingers — tener* mano para las plantas

    2)
    a) ( unripe) verde
    b) (colloq) (pred) ( inexperienced) verde (fam); ( naive) ingenuo
    3) ( Pol) verde, ecologista

    II
    1) u ( color) verde m
    2) c (in village, town) ≈plaza f ( con césped)
    3) greens pl ( vegetables) verdura f ( de hoja verde)
    4) c Green ( Pol) verde mf, ecologista mf

    English-spanish dictionary > green

  • 6 sprinkle

    'spriŋkl
    (to scatter something over something else in small drops or bits: He sprinkled salt over his food; He sprinkled the roses with water.)
    - sprinkling
    sprinkle vb espolvorear / rociar
    tr['sprɪŋkəl]
    1 (with water) rociar ( with, de/con), salpicar ( with, de/con)
    2 (with flour, sugar, etc) espolvorear ( with, de/con)
    3 figurative use salpicar ( with, de/con)
    sprinkle ['sprɪŋkəl] vt, - kled ; - kling : rociar (con agua), espolvorear (con azúcar, etc.), salpicar
    : llovizna f
    n.
    rocío s.m.
    v.
    asperjar v.
    cucharear v.
    empedrar v.
    gotear v.
    lloviznar v.
    polvorear v.
    regar v.
    rociar v.
    salpicar v.
    'sprɪŋkəl
    a) ( scatter)

    to sprinkle something ON something: to sprinkle water on the plants rociar* las plantas con agua; to sprinkle sugar on something espolvorear algo con azúcar; sprinkle the almonds on top — esparza las almendras por encima

    b) ( cover)

    to sprinkle something/somebody WITH something: sprinkle the board with flour espolvoree la tabla con harina; he sprinkled the congregation with holy water — roció a los fieles con agua bendita

    ['sprɪŋkl]
    1.
    N rociada f, salpicadura f
    2.
    VT rociar ( with de)

    to sprinkle water on a plant, sprinkle a plant with water — rociar una planta de agua

    to sprinkle sugar over a cake, sprinkle a cake with sugar — espolvorear un bizcocho con azúcar

    3.
    VI (with rain) lloviznar
    * * *
    ['sprɪŋkəl]
    a) ( scatter)

    to sprinkle something ON something: to sprinkle water on the plants rociar* las plantas con agua; to sprinkle sugar on something espolvorear algo con azúcar; sprinkle the almonds on top — esparza las almendras por encima

    b) ( cover)

    to sprinkle something/somebody WITH something: sprinkle the board with flour espolvoree la tabla con harina; he sprinkled the congregation with holy water — roció a los fieles con agua bendita

    English-spanish dictionary > sprinkle

  • 7 illakuna

    s.(agr) "plantas estrellas; plantas deidades de las plantas cultivadas, también se entiende como sus ánimas o espíritus. Las plantas illas anticipan en todo, en la floración, maduración, son favorecidas o dañadas anticipadamente por la helada o gusanera en una determinada etapa; es decir, los casos que va ocurrir con las plantas cultivadas en el año agrícola ocurre anticipadamente en sus illas. Las plantas illas son generalmente plantas silvestres y muchos de ellos no son afines filogenéticamente a las plantas cultivadas"

    Diccionario quechua - español > illakuna

  • 8 распространённый

    2) прил. extendido, difundido

    распространённое мне́ние — opinión difundida

    распространённые ви́ды расте́ний — especies difundidas (propagadas) de plantas

    ••

    распространённое предложе́ние грам. — oración con elementos secundarios, frase con complementos o atributos

    * * *
    2) прил. extendido, difundido

    распространённое мне́ние — opinión difundida

    распространённые ви́ды расте́ний — especies difundidas (propagadas) de plantas

    ••

    распространённое предложе́ние грам. — oración con elementos secundarios, frase con complementos o atributos

    * * *
    adj
    gener. difundido, extendido, generalizado, circunfuso, difuso

    Diccionario universal ruso-español > распространённый

  • 9 agüeyóme

    Agüeyóme, miróme. En los tiempos d'endenantes (de antaño) había personas que tenían la propiedad de «Agüeyar», o faer el mal del güeyu, (hacer el mal del ojo), estos seres eran temidos, respetados y solapadamente odiados en las aldeas, porque su embruxu (embrujo) maléfico no sólo alcanzaba a las personas y en particular a los nenus d'entamu (niños de teta), sino que también tenían la propiedad de poder «Agüeyar» hasta los animales, sin embargo, contra estos endemoniados «Agüeyamientus» o males del «Güeyu» (mal del ojo), existían otros seres queridos y respetados que se llamaban lus Freirus (los Divinos, los Santos), que tenían la propiedad de deshacer los encantamientos o cualquier mal del ojo propiciado en personas o animales. Estos Freirus no eran ricos, o aparentemente no lo demostraban, pues yo he conocido a un par de ellos y la verdad que no se diferenciaban nada de los fatáus de probetayus (muchos pobres), que por aquel entonces por todas las aldeas pedigüeñaban. (Mendigaban). Quiero comprender ahora al analizar desde muy lejos a aquellos magos del desembrujo y de los males del ojo, que eran unos pobres muy singulares llenos de sapiencias de ancestros naturales, y conocedores de las bondades curativas de infinidad de plantas medicinales de las cuales se servían, creo que mucho más que de sus palabras, gesticulaciones y demás haceres misteriosos e indescifrables. Porque detrás de todo tratamiento de desembrujo, ellos solían dejar un maxuxe (compuesto), industriado con una mezcolanza de plantas y grasas de animales, con el cual ordenaban que se tratase al afectado por el moláu del güétchu (mal del ojo), hasta que desapareciese el endemoniado mal que l'enduetbechase, (que lo enmadejáse). Yo recuerdo que en la aldea de mi amo Salustiano, vivía una mujer a la que llamaban la Bruxa (Bruja), y solían decir de ella algunas personas muy superticiosas, que era capaz d'embruxar ou faer el moláu del güetchu, (de embrujar o de hacer el mal del ojo), a toda persona o animal, menos a los guetus prietus (gatos negros). No me olvido que en un principio de llegar yo a la aldea como criaín (criado de Salustiano) poseía yo mucho respeto y no menos miéu (miedo) hacia la Bruxa (bruja), pues temía de que llantara d'enría mín, (plantara encima de mí) alguno de sus endemoniados «agüeyamientus », (moláus de güctchu), por lo tanto yo procuraba no cruzarme con ella jamás, siempre fútchia d'echa m'arganéu de miéu (huía de ella muy lleno de miedo). Cuando Salustiano descubrió en mi esta manifestación de verdadero temor que yo sentía hacia la Bruxa, empezó a convencerme de que todo cuanto se decía de ella, eran verdaderos cuintus de caleya (cuentos callejeros). Y así de esta forma, empecé a ya no tenerle ningún miedo, aunque siempre la miré con acentuado respeto, y llegué inclusive a ser amigo de ella, no tanto como mi amo que a escondidas la adoraba.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > agüeyóme

  • 10 встречаться

    2) (бывать, попадаться) encontrarse (непр.)

    э́ти расте́ния встреча́ются на ю́ге — estas plantas se encuentran en el sur

    3) (видеться, общаться) encontrarse (непр.), visitarse, tratarse

    встреча́ться лицо́м к лицу́ — encarar vi, encararse (con)

    * * *
    2) (бывать, попадаться) encontrarse (непр.)

    э́ти расте́ния встреча́ются на ю́ге — estas plantas se encuentran en el sur

    3) (видеться, общаться) encontrarse (непр.), visitarse, tratarse

    встреча́ться лицо́м к лицу́ — encarar vi, encararse (con)

    * * *
    v
    1) gener. (óâèäåáüñà) entrevistarse, alternar (con) (с кем-л.), avistarse, cruzarse (сойтись, идя с разных сторон), entrevistarse (с кем-л.), hallarse, reunirse, tratarse, verse, visitarse, darse cita, pololear, chocar, encontrarse
    2) liter. topar (с кем-л.)

    Diccionario universal ruso-español > встречаться

  • 11 любить

    люби́ть
    ami;
    amori (чувственно);
    ŝati (ценить).
    * * *
    несов., вин. п.
    1) amar vt, querer (непр.) vt

    люби́ть ро́дину — amar a la patria

    люби́ть друг дру́га — amarse, quererse (непр.)

    люби́ть роди́телей — querer a los padres

    он лю́бит чита́ть — le gusta leer

    он лю́бит поку́шать — le gusta comer bien

    он не лю́бит шу́ток — no le gustan las bromas

    расте́ния лю́бят во́ду — las plantas necesitan agua

    ••

    лю́бишь ката́ться, люби́ и са́ночки вози́ть посл. — el que quiera la col, ha de querer las hojas de alrededor; quien quiera higos de Lepe, que trepe; estar a las duras y a las maduras; tomar las duras con las maduras

    * * *
    несов., вин. п.
    1) amar vt, querer (непр.) vt

    люби́ть ро́дину — amar a la patria

    люби́ть друг дру́га — amarse, quererse (непр.)

    люби́ть роди́телей — querer a los padres

    он лю́бит чита́ть — le gusta leer

    он лю́бит поку́шать — le gusta comer bien

    он не лю́бит шу́ток — no le gustan las bromas

    расте́ния лю́бят во́ду — las plantas necesitan agua

    ••

    лю́бишь ката́ться, люби́ и са́ночки вози́ть посл. — el que quiera la col, ha de querer las hojas de alrededor; quien quiera higos de Lepe, que trepe; estar a las duras y a las maduras; tomar las duras con las maduras

    * * *
    v
    1) gener. (иметь склонность) gustar, (нуждаться в каких-л. условиях) necesitar, encariñarse (con), perecerse, querer, amar
    2) Chil. afeccionarse

    Diccionario universal ruso-español > любить

  • 12 plant

    1. noun
    1) (anything growing from the ground, having a stem, a root and leaves: floweringopical plants.) planta
    2) (industrial machinery: engineering plant.) equipo, maquinaria
    3) (a factory.) planta, fábrica

    2. verb
    1) (to put (something) into the ground so that it will grow: We have planted vegetables in the garden.) plantar
    2) (to make (a garden etc); to cause (a garden etc) to have (plants etc) growing in it: The garden was planted with shrubs; We're going to plant an orchard.) plantar
    3) (to place heavily or firmly: He planted himself between her and the door.) plantarse
    4) (to put in someone's possession, especially as false evidence: He claimed that the police had planted the weapon on his brother.) meter algo a alguien para comprometerlo
    - planter
    plant1 n planta
    plant2 vb plantar
    tr[plɑːnt]
    1 SMALLBOTANY/SMALL planta
    1 (flowers, trees) plantar; (seeds, vegetables) sembrar; (bed, garden, etc) plantar ( with, de)
    2 (bomb) colocar; (blow) plantar; (kiss) dar, plantar
    3 (ideas, doubt) inculcar, meter
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to plant one's feet plantar los pies
    to plant oneself plantarse
    to plant something on somebody colocarle algo a alguien a escondidas para comprometerlo
    plant life flora
    plant pot maceta, tiesto
    ————————
    tr[plɑːnt]
    1 (factory) planta, fábrica; (machinery) equipo, maquinaria
    plant ['plænt] vt
    1) : plantar (flores, árboles), sembrar (semillas)
    2) place: plantar, colocar
    to plant an idea: inculcar una idea
    1) : planta f
    leafy plants: plantas frondosas
    2) factory: planta f, fábrica f
    hydroelectric plant: planta hidroeléctrica
    3) machinery: maquinaria f, equipo m
    n.
    fábrica s.f.
    instalación s.f.
    maquinaria s.f.
    planta s.f.
    plantel s.m.
    usina s.f.
    v.
    plantar v.
    poblar v.
    sembrar v.
    sentar v.

    I plænt, plɑːnt
    1) c ( Bot) planta f; (before n)

    plant lifevida f vegetal, flora f

    plant potmaceta f, tiesto m, macetero m (AmS)

    2)
    a) c (factory, installation) planta f
    b) u ( equipment) maquinaria f

    II
    1)
    a) \<\<flowerees\>\> plantar; \<\<seeds\>\> sembrar*
    b) \<\<garden/hillside\>\>
    2) ( place) \<\<bomb\>\> colocar*, poner*

    she planted a kiss on his cheekle dio or (fam) le plantó un beso en la mejilla

    she planted herself right next to mese me plantó or se me plantificó justo al lado (fam)

    3) ( Law)
    a) \<\<drugs/evidence\>\> colocar*
    b) \<\<agent/informer\>\> infiltrar, colocar*
    Phrasal Verbs:
    [plɑːnt]
    1. N
    1) (Bot) planta f
    2) (no pl) (=machinery) maquinaria f ; (fixed) instalaciones fpl

    heavy plantmaquinaria f pesada

    3) (=factory) fábrica f, planta f ; (=power station) planta f, central f
    4) * (=misleading evidence)
    5) * (=infiltrator) infiltrado(-a) m / f, espía mf
    2. VT
    1) (Bot) [+ tree, flower, crop] plantar; [+ seed, garden, field] sembrar

    to plant sth with sth — sembrar algo de algo

    2) (=put)

    he planted himself right in her path — se le plantó en el camino *, se plantó en mitad de su camino *

    to plant an idea in sb's mind — meter a algn una idea en la cabeza

    to plant a kiss on sb's cheek — plantar un beso en la mejilla a algn *

    she planted a punch right on his nose — le plantó un puñetazo en la nariz *

    3) (furtively) [+ bomb, evidence] colocar, poner; [+ informer, spy] poner, infiltrar
    3.
    4.
    CPD

    plant food Nfertilizante m (para plantas)

    plant life Nvida f vegetal, las plantas

    plant pot Nmaceta f, tiesto m

    * * *

    I [plænt, plɑːnt]
    1) c ( Bot) planta f; (before n)

    plant lifevida f vegetal, flora f

    plant potmaceta f, tiesto m, macetero m (AmS)

    2)
    a) c (factory, installation) planta f
    b) u ( equipment) maquinaria f

    II
    1)
    a) \<\<flower/trees\>\> plantar; \<\<seeds\>\> sembrar*
    b) \<\<garden/hillside\>\>
    2) ( place) \<\<bomb\>\> colocar*, poner*

    she planted a kiss on his cheekle dio or (fam) le plantó un beso en la mejilla

    she planted herself right next to mese me plantó or se me plantificó justo al lado (fam)

    3) ( Law)
    a) \<\<drugs/evidence\>\> colocar*
    b) \<\<agent/informer\>\> infiltrar, colocar*
    Phrasal Verbs:

    English-spanish dictionary > plant

  • 13 freirus

    Freirus, magos, curanderos, desencantadores de embrujamientos, etc. De los Freirus se han contado muchas historias, algunas ciertas, otras meras leyendas y muy pocas están en lus cuentos. Yo ahora les voy a contar la historia relacionada con lo misterioso de las Xantinas y freirus. "L'ESTORIA DE XANTA ROUXA" —Acorreláu per argutóuxes cumes que fasta les mesmes ñubes s'espurríen, pa xorber d'échos nus envernus les ñeves ya nus branus les güáitades, ben per mor de les borrines ou de bétchadas orbayadas, ou de choveres xin tinu, cundu atroñiquen lus cielus, ya en pocétchos centellóuxes s'esmadrían ente reblagus en manplenáes de riadas. Ou cundu nes campes nuétches baxu 'l paxiétchu d'estrellas, qu'acobertorién lus érus de moyadas alboriadas, ou cundu 'l tempu trastola, ya baxan prietes borrinas xemandu las orbayadas, que fartucaben al vátche que comu xardín divinu per les argutóuxes cumes yera curiáu en muriada. —Nisti vátchiquin d'enxuenu que mil nomes xin chevara, mal nomáu xamás cheldara, perque mil vátches semexus a miou Melgueirina Asturies per tous lus lláus l'engalanan. Isti vátche yera un xardín que xempre verdi lu taba, lu mesmu nel plenu envernu que nel branu magosteiru, dou embruxantes aldines per uquiera lu poblaban, de xentes fortes ya bravas, que fellices trabayaban, disdi que el sol allumbraba, fasta que la nuétche prieta nun dexaba güétchar nagua. —Sous erus daben lu mesmu 'l perexil que l'escanda, lus arbeyinus de Mayu, ya tou la clás de ximiente qu'el llabrador la xemara. Nus sous teixus tou la fame taba d'afechu xebrada. —Allindiaben sous rebañus d'uveyes, vaques, ya yegues, que nus préus, ou nas brañadas pastiaben yerbes mu sanas. Nuna 'ldina d'isti vátche fae mamplenaú d'anus, fexu rellumbru ista hestoria que l'uréei cundu guaxe de chingua d'un bon vaqueiru que tamén él l'ureáre. —Ista cheyenda ou hestoria que ches cuntu you nagora, fói fecha per el amore, 'l xufrimientu ya la chárima, ya per oitres munches couxes qu'allumbra l'alma humana. —Yera Rouxina tan pura, tan ñatural ya melgueira, tan fermóuxa ya ben cheldá que nin el mesmu Faidor oitra mexor n'encaldara. Yera fía d'una viuda de rancuayina llabranza, qu'ente les dous trabayaben, con la gavita l'aldina, que toes sous xentes con gociu l'apurríen cundun cuadraba. Perque Rouxina yera dalgu que embruxaba y encantaba, que semaba l'allegría per uquier qu'espatuxara, Rouxina xegún les xentes yera un anxelín del ciellu, tan roxiquina y a guapina comu las divinas xanas. —Sous güétchus yeran mesterius qu'al mirar tou l'embruxaban, l'allumbraben d'allegríes, l'alleraben d'esperancias, l'aviñonaben pel gociu qu'en sou alma fogueiraba. Sous güétchus faían falugus, apurriendu mil promexas xin écha falar pallabra. Tous lus mozus d'aquel vátche taben ameruxáus d'amore per la melgueira Rouxina, pos tóus ca cual per xigu, cuntábenxe ben queríus per la melgueirina xana. —Cundu chegaben les romeríes naquel vátche d’énxuenu, toes les xentes dexaben lous trabayus, y'apaxiétchaes con sous gales de festa, diben allegres ya fellices con xantificanti respeutu, a festexar al sou Xantu ou Xantina que tou 'l añu le reizaban, rogándoyes que sous femes nun mal partu nun bétcharan ou que lus chobus ya 'l oxu nun chuquinaren sous vaques, sous uvées ou cheguadas, ou qu'el tempu vena bonu p'el maíz ya las patacas, ya cundu 'l mes de la yerbe nun choviere nin orbayara, pa poder metela bona nus payares ya nas baras, axín como oitres couxes que a sous Xantus pigüeñaban. —Ya trés lus reizus al Xantu ou a la Vírxen qu'aduraban, tóus diben pa sous teixus en hermaná fellizada, y'enzulaben el banquete que faíen col cordeiru mexor de la sou teixada, ya oitres guixus ya llambicus, que pa tal chelda forniaban. —Ya despós de tous fartus e achegres en romaurada, colaben pa la campeira dou lus múxicus gaitaban, ya tóus xemáus de diches con alegría danciaban lu mesmu la xente viétcha qu'angunes xotes danciaba, que la xuventú enteira que de baítchar n'adondaban, xempre xuníus nel dexéu de la querencia qu’embruxa l 'amore que ca cual cata, mái nus mozus que nes móuces pos ístas son mái recatas, perque la fema que pirdi la sou gonra endenantes de qu'el cura la caxara, cheva cuaxigu la duda de ser muyer fellizada. (Bona dote tenes fía, que yes fermóxa e gonrada, 'l díe que pirdas la gonra si nun yes muyer caxada, tou dote nun val pa nagua). Axin falaben les maes tous lus díes a sous fías, enus tempus d'endenantes, cundu la mútcher namái que yera 'l ama en sou teixu cundu 'l sou home nun taba. Peru güéi que la muyer ye 'l xuez que chelda les lleyes, ou 'l guardia que t'encarxela, ou 'l aboguéu falancieru que la xusticia simielga ou 'l fiscal endiañáu que t'achuquina xin pena, falu you que la mútcher güéi poucu estima sou gonra, sou embruxu mesterióxu, sou divinidá grorióuxa, sou ser má del mesmu Cristu, sou ser mantina e fermóuxa. —Ya coyendu la güítcha p'afalar denuéu continu ista hestoria ou cheyenda, falu qu'achí naquel baítche, tous lus mozus faíen dance p'eñamorar a Rouxina, tóus lampriáus nel esgolazu queríen xorber nus sous güétchus el embruxu qu'allumbraben, d'angunus envallentáus falábenle mu xellín que taben per écha llocus, peru Rouxina xonrienti a dalgún sou xi ches daba, ya ñocenti comu ‘n ánxel con sous embruxantes güeyus ya sou melgueira falancia, per xemexu afalagaba, engolguiéndulus nun fuéu que mái sou amore queimaba. —E anxín con tóus per lu mesmu, danciaba ya se reyía, falaba ya canturriaba, ya sous güeyus mesterióxus l’amor per uquier xemaban. TRADUCCIÓN.— (LA HISTORIA DE SANTA ROSA). Rodeado por altas cumbres, que hasta las mismas nubes con gallardía se estiraban, para beber de ellas en los inviernos las nieves y en los veranos las aguas, bien por mediación de nieblas o de ricas escarchadas, o de lluvias que sin tino cuando los cielos tronaban y la centella o el rayo como la luz caminaba, y las nubes se rompían en torrentes de riadas. O cuando en las noches claras bajo el manto de estrellas, que cubrían todos los campos mojados por la alborada, que tal hartaba a todo el valle, que como jardín divino, por las altas montañas era cuidado por sus naturales murallas. —En este valle de ensueño, que mil nombres si llevara mal llamado jamás fuera, porque mil valles divinos, parecidos este ensueño, en mi Dulce Tierrina por todos sus lados la engalanan. —Este valle era un jardín que siempre verde lo estaba, lo mismo en el pleno invierno, que en el verano más caluroso, donde embrujadoras aldeas por todas partes poblaban, de gentes fuertes y bravas que felices trabajaban, desde que el sol salía, hasta que la oscura noche no dejaba ver ya nada. Sus tierras daban lo mismo el perejil que el trigo, que los guisantes tempranos, que cualquier clase de siembra que el labrador trabajara. En sus casas toda hambre del todo estaba apartada. —Las nobles y bravas gentes de aquel valle de ensueño, cuidaban a sus rebaños de ovejas, vacas y yeguas, que en los verdes prados, puertos, morteras u brañas, pastiaban abundantes y buenas hierbas. En una de las aldeas de este valle, hace muchos años se a alumbró esta historia, que yo escuché siendo niño, de boca de un buen vaqueiru, que también él la escuchara. —Esta leyenda o historia que yo les voy a contar ahora, fue nacida del amor del sufrimiento y la lagrima y de muchas otras cosas que alumbra el alma Humana. —Era la joven Rosina tan, pura y tan natural, tan dulce y tan hermosa, y también deseada estaba, que hasta el propío Hacedor otra mejor no creara. Era hija de una viuda de muy pequeña labranza, que entre las dos trabajaban, con la ayuda de las gentes de la aldea, que les prestaban cuando la necesitaban. Rosina era ése algo que embrujaba y encantaba, que sembraba la alegría por donde ella caminara. Rosina según las gentes, era un angelín del cielo, tan rubia y hermosa como las divinas Xanas. —Sus ojos eran misterio que al mirar todo lo embrujaba, alumbrando la alegría, repartiendo la esperanza, llenando a todos del gozo que en su alma se hornaba. Sus ojos hacían halagos prodigando las promesas sin ella decir palabra. Todos los mozos del valle estaban llenos de amor por la dulce y encantadora Rosina, y cada cual para si mismo ya se contaba amado por la preciosa diosa. —Cuando llega el tiempo de las fiestas o romerías en aquel valle de ensueño, todas sus gentes dejaban sus trabajos, y vestidos con sus mejores galas, iban alegres y felices, con santificado respeto, a festejar a su Santo o Santina, que en todo el año le rezara, rogándole que sus hembras tuvieran un buen parir, o que los lobos o el oso no matase a sus ganados, o que el tiempo viniese bueno para el maíz, y las patatas y que en el mes de recoger la hierba no lloviese ni lloviznara, para poder tener buena hierba en los pajares y las varas, así como muchas otras cosas que a sus santos les rogaban. Y tras de los rezos al Santo o a la Virgen que adoraban, todos se marchaban para sus casas en hermanada felicidad, y festejaban el banquete que hacían con los corderos mejores de sus rebaños, y otros guisos y confites que para tales fiestas se industriaban. —Y después de todos hartos y alegres en romería, se iban para la campa donde los músicos tocaban, y todos llenos le dichas con alegría danzaban, lo mismo las gentes viejas que algunas jotas bailaban, que toda la juventud que de danzar no casaba, siempre unida en el deseo, de la querencia que embruja, el amor que cada cual buscaba, más en los mozos que en las mozas, pues éstas son más recatas, porque la hembra que pierde su honra antes de ser casada, puede que jamás alcance la felicidad soñada. (Buen dote tienes hija mía, que eres hermosa y honrada, el día que pierdas tu honra sino eres mujer casada, tu dote no vale nada). Así hablaban las madres todos los días a sus hijas en los tiempos ya pasados, cuando la mujer sólo era el ama en su casa siempre que el hombre no estuviera. Pero hoy que la mujer es el juez que hace leyes o el guardia que te encarcela, o el abogado hablador que la justicia menea, o el fiscal endemoniado que te asesina sin pena, digo que hoy la mujer muy poco esta a su honra, su divinidad gloriosa, su ser la madre de Cristo, su ser querida y hermosa. —Y cogiendo la aguijada para arrear con tino esta leyenda o historia, les digo que en aquel valle de ensueño, todos los mozos, bailaban, reían, cantaban y todo cuanto hacían y pensaban iba encaminado para enamorar a la hermosa y divinizante Rosina, pues todos estaban hambrientos y sedientos hasta el enloquecimiento, por poder satisfacerse con las embrujantes miradas de sus misteriosos y encantadores ojos, algunos mozos más osados, le decían muy despacio y con grande veneración, que estaban enloquecidos de amor por ella. Pero Rosina sonriéndose siempre con su candidez acostumbrada, a ninguno le daba su sí, e inocente como un ángel, con sus embrujantes ojos y su dulce palabra, por igual a todos halagaba, envolviéndoles dentro de un embriagador y divino fuego en el que sólo su amor les quemaba. Y así con todos por igual, bailaba y se reía, hablaba y cantaba, y sus ojos misteriosos el puro e inocente amor por todas partes sembraba. "JUAN EL CURANDERO" —Era Juan hombre maduro sin llegar en esta edad a su total madurez, y era viejo en ser tan pobre como la propia vejez, pues no hay viejo que sea rico aunque más dineros tenga que el mundo que tener. Ya que el dinero en el viejo (y a esta edad yo he de llegar si la parca en mi camino no me siega mi querer, y quisiera me respeten como yo desde mi infancia con el anciano lo hacer) u otra riqueza que fués, sólo le sirve de abrigo, de tranquilidad tal vez, y para que todos sus deudos le mimen y les respeten, como el mejor de sus males para heredarle después. —Yo no se si me comprenden por no explicarme muy bien, yo no llamo viejo al tiempo, porque el tiempo viejo no es, yo llamo anciano a los seres que han perdido la alegría, la ilusión y el apetito, y cuando esto se pierde el más joven viejo es. —Digo yo que me han contado, que Juan no tenía riquezas, y que vivía solitario en una humilde cabaña que él mismo se fabricara, era hijo de aquel valle, dónde sus padres un día tuvieran buena labranza, pero siendo él un niño que apenas lo recordar, vendieron toda la hacienda y se fueron a ultramar. Y en aquellas tierras ricas al otro lado del mar, Juan conoció la fortuna que del trabajo sus padres la pudieron enfornar (hornar), también conoció el amor, y la alegría de vivirlo con el placer que él te dar, pero el vicio de las drogas que a otros muchos te empujar, le hicieron perder su suerte y en la desgracia rodar, y esta negra desventura al presidio le llevar, de dónde salió tan pobre de riquezas y de honor, que en él ya nadie confiar. —Desesperado y mendigo, sin familia y sin hogar, Juan regreso a su Tierrina, al valle que había nacido, y a las argutas montañas que con recelo le guardar, y una vez en el lugar dónde él al mundo llegar, en terreno comunal edifico su cabaña, y tras ella hizo una huerta que con sapienza cuidar, dónde florecía la planta que tras bien elaborada él con placer la fumaba y del mundo se olvidar. —Juan vivía de la caza, de la pesca de ser hombre de mente despierta a ultranza, y quizás bien educada en el delicado oficio de curar la enfermedad, pues él sanaba a las gentes con sus potingues y ungüentos industriados con las plantas que en el monte él arrancar, así aliviaba el reuma, los catarros y otros males, que el médico no sanar. Muchas veces sus palabras sabias por bien atinadas, hacían más bien al enfermo, que el doctor y su receta, que a parte de ser muy cara, raras veces era eficaz. —Juan era un astur de casta, de estatura premediada, de rostro agradable y firme, con nariz recta y holgada, de boca que sonreía aunque palabra no hablara, de ojos tristes y avispados, del color de la esmeralda, sus cabellos eran negros para contraste de raza, y su caminar sereno tranquilidad sin par, le daban el firme aire de poder y libertad. Juan practicaba la industria de curar la enfermedad no cobrando jamás nada, pero todos le ofrendaban mucho más que si cobrara, quizás fuese porque Juan, era hombre que las gentes le querían, le admiraban y le honraban. —Una tarde estaba Juan sentado frente a su casa, que alejada de la aldea en solitario se alzaba, silencioso y cabizbajo no viendo que le observaban, Juan cavilaba en silencio, o tal vez feliz lo fuera y en nada quizás pensara. Más de pronto alguien le dijo con voz cristalina y clara, como las aguas que nacen en las fragosas montañas, con voz cantarina y brava, como la que hace el malvís en la libertad del campo, dueño y señor de su ente, no siendo esclavo de nada, con voz mansa y adulzada, como la que hace la hembra, cuando a su amado le invita, o a su cachorro le halaga, con voz cálida e inocente, como los rayos del sol que dan vida a todo ser, sin preguntar si hay algunos que no merecen tal gala con voz que era un embrujo, para cualquier ser viviente que su música escuchara: —¡Señor Juan! ¿Se encuentra enfermo, o tal vez tiene tristezas que le infelizan su alma? —Juan levantó su mirada, y allí en mitad del camino Rosina le reparaba, con sus candorosos ojos y una divina sonrisa que en sus boca bailoteaba. —¡No preciosa soy feliz, no tengo en pobreza nada, que me fabrique el dolor, ni el odio ni la venganza, ni el egoísmo maligno, ni una ilusión desquiciada! —¡Soy feliz porque soy rico, al saber que no poseo querella de hacienda vana, tengo comida y cobijo, vecinos que bien me quieren y muy tranquila mi alma. —¿Puedo sentarme a tu lado a charlar si tiene gracia...? —¡Tengo la gracia del cielo, cuando hasta mi lado llega, la hermosura más preciada por la inocencia guiada! —¡Puedes Rosina si quieres hacer cuanto a ti te plazca! —¡Señor Juan, yo soy curiosa, como mujer bien pagada, cuentan en la aldea cosas de usted y ninguna mala, pero yo quiero saber esa tristeza que tienen sus ojos que ahora me halagan, ese no querer tener, cuando todos en la vida, por el poseer se afanan! —¡No están tristes mis pupilas, ya que en verdad son dichosas, tal vez se encuentran cansadas, por el placer tan inmenso que en todo momento gozan! —¿Cómo es posible señor, que estando sólo en su choza con agranda *** ***y de todas sus bondades, y ocasiones hubo muchas en que estándome yo sola he pensado en bien amarle. Señor Juan, nunca me quite de este placer que yo siento al poder acariciarle, al poder amarle tanto, como no he podido amar, nada más que a la mi madre! — Juan dominando el deseo que su espíritu sentía, de sus sentidos dislocos perdidos en el placer del vicio que da la carne, pudo un tiempo detener prisioneros tales naturales males, pero al fin incontrolable, besó a Rosina en sus ojos que eran maravillas tales, con el ardor de la quema controlada y sin desmanes, y acariciando su rostro con hermosura pureza del más escogido ángel, le dijo ya emocionado despreciando sus maldades: —¡No sé si el cielo me premia dándome cariños tales, o si me pide un calvario que en duda pongo en llevarle, sólo sé Rosina hermosa, princesa maravillosa con designios celestiales, que en mí hallarás tú siempre cuanto tenga y pueda darte, puedes venir a mi casa siempre que el querer te llame, mi puerta no tiene llave ni para ti, ni tampoco para nadie! —¡Señor Juan, soy tan dichosa que mi pecho se me abre, y por él se me desbordan todo un Firmamento lleno de gozosas alegrías, porque no tienen cabida en mi alma que las hace! —Juan de nuevo acarició aquel ángel tentador, y sin poder contenerse aunque luchó con ardor, sus labios fueron directos aquella rosa encarnada, que era su boca preñada de virginidad y amor. Y lejos de ser esquiva a tan bacanal caricia que se enredaba en el beso que en sus labios se prendió y aquella fuente de gozo, de un deseo incontrolable de un embrujo tentador, respondió al beso en medida que el beso que recibió, y rauda salió corriendo envuelta en gloriosa dicha, con marcado rubor, le dijo adiós con su mano, hacia su aldea marchó. —Juan quedó sólo y maltrecho por el placer el dolor, sin llegar a comprender, que tanta inocencia pura, tanta hermosura y candor, pudieran vivir tan juntas en natural parangón, y darle a él tanta dicha, como carga de dolor. "LA MUERTE DE JUAN" —Fue condena para Juan imposible de vencer, aquel fuego que prendió Rosina en su corazón, era un veneno de infierno que le empujaba al placer, y no al honrado sendero de querer a la inocente como el padre que no ser. —¿O quizás es el demonio ese ángel celestial que en figura de Rosina a mí me vino a tentar, el inocente soy yo que en la inocencia fiar? —Ella se dejó halagar, yo con pasión la besé, y busqué en sus labios puros no el cariño paternal, sino el deseo carnal que en todo Humano se encuentra, como dios del placer, muchas ocasiones hay que ni el más santo barón, ni la más casta mujer son capaces de frenar y violan la castidad en su vida alguna vez. Si a este extremo llegan ellos, ¿qué podré yo hacer que soy un vicioso por demás de la droga y el placer? —Y ella se dejó halagar, y con su candorosa inocencia despertó en mí otra vez, las locas ansias de amar, que dormidas las tenía pensando que nunca más volverían a despertar, puede que ella sin querer me incitara en la pasión, por eso yo la besé, y busqué en sus labios rojos fontana de gran placer, apagar mi sed de amor, y cuando tal degustaba pude y en ella yo notar, que respondía a tal goce no con querer paternal, sino con ansias de amar, y al igual que yo gozar. Y sus pechos prominentes recios por virginidad, he visto que se alteraban sacudidos por el goce que al largo beso arrancar. Y sus ojos hechiceros brillantes como luceros cuando el alba se acercar, he visto que se cerraban extraviados y sumidos, como buscando en su mente un acomodo gustoso del placer desconocido que ella aún no degustar. —¡Más que digo! ¡Estoy demente! —¡Cómo piensan mis sentidos cosas tan bajas y ruines de una virgen inocente que como a padre me amar! —¡Santo cielo, estoy perdido dentro de este fuego ciego que sin mudanza ninguna, me conduce con fiereza al desbordado deseo, de una pasión tan demente que me roba mi sosiego, y que me empuja insolente al pensamiento más bajo que mi mente fabricar! —¡Qué feliz era yo antes en este mi bello valle, dónde desde lejos vine con el propósito firme de hallar la tranquilidad fundiéndome con la paz, que tanto necesitaba mi alma ya emponzoñada por tanto el cuerpo gozar! —¡He de marcharme del valle mañana a lo más tardar, he de huir de esta pasión que a velocidad del rayo me roba sin contenerla, el tesoro más preciado que era mi tranquilidad. He de alejarme si quiero que mi deseo carnal, consumado no se vuelva con la fiereza bestial que en afán pone la fiera cuando el hambre la devora, y para calmarla mata al inocente cordero criatura celestial, que muere en la fiera garra sin pronunciar un sollozo, como morirá la honra de la inocente Rosina, para calmar el Placer que en mi alma dislocado aspira al rico bocado de su hermoso virginal! —Ya la tarde caminaba en pos de la oscuridad, que ensombrecida en el valle hacia sus cumbres se alzar, Juan se adentró en su cabaña casi enfermo por la fuerza que había gastado en pensar, queriendo sepultarse dónde ni el mismo se hallar, para olvidar el tormento de la más grande pasión que en su vida le tentar, por eso, con sus hierbas drogadizas y otros diversos potingues que él sabía preparar, mezclados con miel y caña, en una olla con agua al mor del fuego aliñar, y cuando en su punto estuvo aquella droga fatal, se acostó en su ruin camastro y a tragos largos y ralos con gusto se la libar, para apagar en su mente su pensamiento encendido que en la Rosina quemar. —Tiempo hacía que la noche del valle ya se adueñar, cuando sintió que en su puerta alguien la abría y entrar, en el interior del cuarto con voz candorosa y suave en murmullo cariñoso que al de la gloria apariar, le decían con misterio que le pareció que era su mente que trasvolada al ente que le tentaba, de él se quería también por doble puerto mofar: —¡Señor Juan! ¿Está dormido...? —A la luz del mal candil que iluminaba la alcoba, con destellos que bailaban en las borronosas sombras, dándoles casi una vida que a más claridad no hallar, Juan vio a Rosina sonriente, entre azorada gozosa, e incorporándose presto en su catre empobrecido, preguntole preocupado aunque alegre por pensar, que en su sino escrito estaba que aquella virgen doncella sólo venía a buscar, el aplacar su pasión con la que a él le atenazar: —¿Cómo se atreves princesa, ángel hermoso del cielo, criatura primorosa, diosa de mis desvelos, ruina de mis desventuras, soberana de mi cielo, cómo te osas Rosina, encantadora xanina, que has embrujado mi alma con tu amor que al ser divino yo como mortal no espero, cómo te atreves te digo, en venir desde la aldea, sólo y en noche sombría, hasta esta casa malvada, dónde mora tu deshonra yvive mi desespero? —¡Señor Juan, no pude, y juro que lo intente con denuedo, pues algo, si que no comprendo, una fuerza misteriosa que me traspasaba el alma, entre alegre y pesarosa, entre dichosa gozosa, repugnante y vergonzosa, una pasión tan profunda que al ser salvaje es sincera, una poderosa magia que al ser divina es misterio, me obligó sin yo oponerme, a que dejase mi casa muy despacio en silencio, me trajo a su presencia, y aquí estoy porque le quiero! —Juan con tristeza profunda y alegría en alto cielo, con pasión que se apagaba y en amor ardía fiero, asió la infusión de droga y bebió con el consuelo, de ver abierta a la postre la puerta de su gran cielo. Cogió Rosina la olla de entre las manos de Juan, que no hizo ni un amago para impedir que ingiriera de aquella su medecina que le aploacaba sus penas y con su sonrisa hermosa, inocente y candorosa, bebió Rosina con gozo la caramelosa droga, tras beber un largo sorbo, siguió sonriendo feliz, a la par que se acostaba en el catre a par de Juan, y con sus palabras dulces y sus manos primordiosas, caricias sembraba en Juan a la par que le decía: —¡Algo tiene esta bebida que de alegría me llenar, algo que sabe tan dulce como la miel en panal, algo que enciende mi alma y en el aire me hace andar, tal parece que soy ángel con alas en mis espaldas que me permiten volar! —¡Señor Juan, mi Juan querido, siente un calor en mi cuerpo y la ropa me estorbar, voy a quedarme en porricas (desnuda) para contigo gozar, soy feliz mi Juan querido, tanto que dudo en el mundo, un ser con más dicha y gozo, como yo no sé si habra! —Y así entre besos y abrazos, caricias, risas y juegos, en aquel renqueante catre sucio y pobre por demás, Rosina la candorosa, la inocente virgen pura, perdió su honra gozosa, conociendo jubilosa un placer que no soñar, perdió su casta inocente y a cambio ganó dichosa, saborear felicidad. —Toda la noche fue fiesta de besos que se perdían sumidos en el placer, de caricias de halagos, que hasta las puertas abiertas de su honra destrozada, llegaban en oleadas, sin jamás desfallecer. —Y así amándose ciegos sin pensar en el después, cantó el malvís su tonada y llegó el amanecer. —Fue entonces cuando extenuados de tanto amor y placer, fundidos en el abrazo que sólo el querer saber, se perdieron en el sueño feliz y de pesadez, que a los cuerpos adormece después de beber placer. —Se alarmó por la mañana la aldea que despertaba aprestándose al trabajo como cada día hacer. Se alarmó por los lamentos, llantos y gran desespero, que la madre de Rosina con grande pena lo hacer. —Puesto el pueblo sobre aviso, pronto cundió en todo el valle la noticia ya agrandada del dolor que acontecer. —Unos decían con pena, que tal vez fuera raptada por alguien que la querer. —Viejas hubo que dijeron porque que en misterios creer, que Rosina no era criatura humana, sino que era una Xana, y con ellas a sus fuentes otra vez querer volver. —Todas las gentes del valle la llamaban y buscaban, por los montes y praderas, por las ubérrimas cumbres dónde el utre (el águila) campaba, por las abexías (húmedas sombreadas) y abruptas fondigonás (hondonadas), por las veiras del regueiru (orillas del torrente), que cruzaba sulfuro la rica verde vallada, y todos con desespero perdían ya la esperanza de poder jamás toparla, y ya casi se creían, que Rosina era una Xana que a sus fuentes retornara. —Alguien llegó a la cabaña del bienhechor curandero, la vio abierta y solitaria, llamó a Juan con fuerte voz, y al ver que no contestaba, dentro de su casa entró. —Y allí, en el catre humilde del magnánimo señor, juntos y muy abrazados, sumidos en dulce sueño, Juan y Rosina dormían sin despertar a su voz. —Salió raudo de la casa quién el primero los vio, y a gritos dijo en la aldea dónde Rosina se hallaba y nadie se lo creyó. —Pero al afirmarlo fiero, y rogar que le siguieran, todos corrieron tras él, y entraron en la cabaña, y vieron a los amantes durmientes y entrelazados cual si fuesen uno dos. —Asustados los vecinos al ver lo que no creyeran aunque jurasen por Dios, zarandearon los dormidos, con rabia, odio y furor, y despertose Rosina, pero Juan no despertó. —No se alteró la Rosina, ni menos se levantó, halagó el pelo de Juan, con cariño le besó, y les dijo a sus vecinos con voz preñada de ira, de desprecio y de valor: —¡Dejazle dormir tranquilo, que vuestras horrendas voces no perturben a mi amor, y marcharos de mi presencia, pues no volveré a la aldea, ya que mi casa está aquí, porque desde hoy ya soy, ante Dios que es el que importa, la fiel esposa de Juan, al que le entregué mi honra y todo mi corazón! —Fue la madre de Rosina herida en su sentimiento con vergüenza con fuerza enloquecida por deshonra tan atróz, la que asiendo a Juan con envilecido furor, del catre al suelo tiró y allí en el suelo empobrecido, del miserable cuartucho, todos juntos comprobaron sumidos en un terror, que de miedo confudiólos al presenciar con pavor, que Juan seguía dormido, y en sus labios florecía una sonrisa feliz, que la muerte por la dicha al matarle le dejó. —¡Está muerto! ¡Le has matado! Dijeron aquellas gentes mirándola despavoridos, como si Rosina fuera demonio exterminador, como si aquella muchacha que siempre del pueblo tuvo el cariño y el halago, el aprecio más pagado, y el amor de los rapazus (mozos) que por ella suspiraban con buen querer e ilusión, cómo si aquella preciosa y angelical criatura que desde niña alegrara con sus cantes y sonrisas, galanuras y prestancias, sencillas y naturales, ausentes de vanidas y de hipócritas maldades, los vivires, y quehaceres de las gentes de aquel valle, de pronto se convirtiera en lo mas sucio y maldito que a un humano le caver. —¡Bruja del demonio eres Xana de gran maldición! —Dijeron algunas gentes con el odio retratado en sus ojos y audición —¡Has venido a esta cabaña tan sólo con la intención de asesinar a este hombre, que era nuestro curador y un santo de bendición! —Levantóse de aquel catre Rosina sin el pudor, y en porricas (desnuda) como estaba, con el cuerpo más perfecto que jamás la tierra dio, abrazose a Juan llorando entre gritos lastimeros tan cargados de dolor, que doblegarían en pena a otras gentes que no fueran sus vecinos que la odiaban, y con desprecio la miraban, con repugnancia y con terror. —¡Fostes vuexotrus baldrietchus, gafuróuxus achuquinus (fuisteis vosotros cobardes, despiadados asesinos), hijos de satan malditos, los que matasteis a Juan mientras que dormía yo, un sueño que no era sueño, sino gloria del Señor! —Gritóles Rosina airada, fuera de sí dislocada, transfigurado su rostro por tan inmenso dolor. —¡Yo pido al Señor del Cielo, o al rey del infierno fiero, que sobre vosotros baje poderosa maldición, que os quite la alegría, la paz y prosperidad por asesinos que sois! —Al día siguiente en el valle fue enterrado el pobre Juan, llorando sin ver consuelo, tras el féretro entablado Rosina le acompañaba hasta la dura morada dónde su cuerpo sin vida sería pasto de la tierra, porque de ella nació. —Con Juan se fue de Rosina la alegría alborozada, el brillo de su mirada cautivadora de amor, su virginidad gozada, sus sonrisas primordiosas que de ángel eran canción, su inocencia candorosa su felicidad dichosa, gozada en el mismo día que su honra se esfumo. —Más de dos meses Rosina en su lecho desesperada enferma de amor vivió, y casi su muerte halló por la pena que sufrió. —Cuando al fin salió del mal y a su cotidiana vida de trabajo retornó, lo hizo ilusionada de renaciente alegría, al saber que en sus entrañas un hijo estaba creciendo fruto de su gran amor. —Fue su vida desde entonces en aquel valle querido, la condena del infierno o un castigo del Señor. —Ella que siempre había sido la hermosura y la canción, la alegría y la sonrisa, la ilusión de tantos mozos que deseaban su amor, la inocente virgen pura sin orgullo ni obsesión, era ahora por sus gentes despreciada con horror, insultada muchas veces con ofensivas mentiras, dónde la airada venganza de la envidia recogió. Hasta los mozos que antes la trataban con cariño y marcada veneración, ahora la repudiaban, y con socarronas risas le lanzaban sucias sátiras, y la nomaban Paraxa (nombraban puta) con la misma asiduidad, que antes le decían bonita en cualquier otra ocasión. —Algunas viejas había que con sutil agudeza que en el aldeano es primor, sembraban entre las gentes el veneno acusador, con frases tan bien urdidas de historias que antiguas son, que Rosina era una Xana, que sólo traería al valle desgracias y males tales, que mejor era apredrearla y arrancarle de su cuerpo su vida de maldición. ALUMBRAMIENTO, MUERTE Y SANTIDAD DE ROSINA —En el culminante estado de su amada gestación, Rosina aquella mañana fue con sus vacas al prado, y allí en el raso campo a la luz clara del sol, se puso enferma de parto, y entre la hierba rosada a dar a luz se acostó. —La alegría acariciada que tanto tiempo esperaba, semilla que iba a nacer fruto de su gran amor, se tornaba por momentos en acuciante dolor, que le hacía revolcarse entre la crecida hierba, entre gritos lastimeros que le arañaban la entraña, porque su hijo quería ver la claridad del sol. —Ella sola en pleno campo, sin que nadie le ayudara, ni menos la consolara ni con palabras ni hechos, sin que una mano piadosa l'enxugara (le secara) los sudores que el dolor los hacía crecer, ella sola a lo salvaje, como siempre había vivido con natural sencillez, como si fuera una fiera con el dolor de mujer, estaba alumbrando un hijo, con la natural manera que en su día lo supo hacer. —El esfuerzo agobiador y el dolor desgarrador que sufriera al alumbrarlo, la privaron del sentido durante ignorado rato, y así el infante gritaba en la soledad del campo, mientras que era lamido con cariño casi humano, por Petra la perra loba, que con su ama la Xana apacentaba el ganado. —Desde las altivas cumbres dónde el águila vigila, con sus ojos encendidos de rapidez desmedida, y precisión ajustada a sus ansias de asesina, la soberana del aire había visto la muchacha, entre las hierbas tendida cual si muerta se encontrara, y al pequeño dando gritos, aunque Petra, cariñosa con maternidad lamiera, cual si su cachorro fuera, no el hijo de su ama. —Sanguinaria y despiadada vio la reina de las cumbres en el infante un festín, de sabrosa carne humana, y bajando de los cielos con sus alas replegadas y la rapidez del rayo cuando del trueno se escapa, arrancó en vuelo rasante de entre las fauces del perro que en el momento cuidaba con desmedido cariño al instante que hacia el cielo el águila se elevaba. —Lamentos que daba el niño entre las feroces garras de águila desalmada, mientras que la fiera alada sin piedad entre sus uñas al instante asesinaba. —Ladridos de grande pena que la perra noble y buena más humana que animal enloquecida hacia el cielo con fiera rabia lanzar, mientras que chillando alegre la reina de las montañas majestuosa planear, para llegar a su nido que colgado en el abismo del inaccesible risco, iba a ser mudo testigo, del ángel que en un festín, un águila devorar. —Al fin la pobre Rosina del olvido del desmayo a la razón retornar, y recorrió con anhelo de una alegría sin par, que había alumbrado a su hijo, y rauda miró angustiada en que lugar se encontrar. —Vio a la noble perra entre la hierba acostada que quejidos murmuraba cual si culpada lo estar, vio su razón desatada ensenderada en camino que a la demencia guiar, si no encontraba a su hijo que ella sabía que alumbrar. —Pero no... pudo hallarle, ni ya nadie le encontrar, porque aquella fiera alada un festín con él se dar. Su dolor al más medrado, su penar crecido al más, hicieron de ella el demente que sin perder la razón como loco se portar. Clavó sus hermosos ojos en el Infinito cielo, y con llanto desgarrado por mil lágrimas regado que las fuentes del dolor desmandadas en riada todo su ser anegar, reclamaba su justicia al Señor que así le hablar: —¿Dónde mi hijo se fue si en mi entraña ya no estar? —¿Dónde Hacedor Poderoso con tantos ojos que tienes que todo lo escudriñar, dónde mi hijo se fue, que ladrón me lo robar? —¡Yo le he visto aquí nacido, sano y fuerte cuando Tú mi sentido me quitar. —¡Dime Señor te lo ruego, y a cambio mi vida entera ahora mismo te entregar, dentro de atroz sufrimiento que inventado aún no estar!, ¿que malvado despiadado a mi hijo me robar? —¡Vamos Señor que no oigo tu Divina voz hablar! —¡Dime si mudo lo eres al menos con una seña dónde mi hijo morar! —¡Despierta Señor del Cielo, si es que dormido lo estás, y busca a mi hijo pronto que sino se morirá! —¡Oh Señor ya te comprendo, no me quieres ayudar, porque a nadie Tú le ayudas mientras que vivo lo estar! —¿Oh acaso soy yo la Xana que en las fontanas morar, y estoy viviendo un sueño que no es mi realidad? —¡Si así es mi creador, el sueño es mi verdad! —Revolcándose en la hierba que su drama presenciar, prisionera del dolor, que descanso ni sosiego, ni un instante le dar, ahogándose en las lágrimas, que de sus ojos brotar, la desgraciada parida horrendos gritos lanzaba, que en el aire se perdían fusionados y apagados en distancia, por el cante del malvís, el jilguero y la calandria, por el rumor de las aguas que felices y hermanadas, el bullicioso torrente hasta la mar las llevaba. Por la canción tan pareja que hace el grillo y la cigarra. Por el graznar de los cuervos y del águila malvada. Por la brisa cariñosa que acaricia oxiginada, los foyajes que orquestean músicas en la arbolada. —Solo Petra su fiel perra con sentimientos de humana, traspasada por la pena, acaricieba lamiendo las lágrimas de su ama, ella si podía decirle si su lengua en voz montara, que taimada criatura a su hijo devorara. —Más de pronto la Rosina, cómo si un demonio fiero en su alma se albergara, dándole vida a una idea que un dolor más encendido por ver clara su desgracia de sus sentidos saltara, con los ojos extraviados por la furia en tal creada, se levantó envenenada con ardor de herida fiera, y asiendo a su noble perra con sus manos encrispadas dirigidas por el odio de su razón desquiciada, apretóla por el cuello con el ansia de matarla, mientras que con voz rabiada gritaba desaforada: —¡Fuiste tu perra maldita la que mataste a mi hijo, la que con placer de averno hiciste de él un festín devorándome mi entraña, fuiste tu asqueroso bicho traicionero y carnicero, la que se comió a mi hijo mientras que yo avasallada por el dolor más profundo fuera de razón estaba! —¡Pero ahora morirás en mis manos desgraciada, y te rajeré tu vientre, y en pequeños pedacitos que enloqueceran mi alma, sacaré de él a mi hijo, aunque no sea nada más que para poder mirar los despojos de mi entraña! —Fuerte y grande era Petra la perra humanizada, que al verse tan maltratada por su ama desquiciada, luchó con fiereza noble librándose del dogal que en su cuello aprisionaba, logrando huir con lamentos hacia la aldea alejada. —Trás ella como una loca, llena de sangre y airada, con sus cabellos revueltos al viento que acariciaba, y sus ojos extraviados dónde la furia brillaba, acusando con palabras de maldición anegadas a su perra endemoniada, entró la moza parida en su aldea enloquecida, y los vecinos al verla en facha tan desastrada, lejos de apenarse de ella, los malditos la injuriaban, y la siguieron gozosos sonrientes en algarada, hasta llegar a la casa dónde Rosina moraba. —Y allí la vieron salvaje como la fiera rabiada, maltratar con una furia que de el tigre era copiada, a la Petra su fiel perra, que aunque comprendiera todo y sin poder decir nada, asustada y encogida miraba entre lamentos a su ama trastornada. —¡No te escaparás ahora de mi venganza malvada, bestia satánica y ruina, peor que tu hermano el lobo de donde has sido encarnada, tú has devorado a mi hijo, y yo te arrancaré tu alma! —¡Mientes bruja fuiste tú, la que vil muerte le diste igual que has hecho con Juan, y harás desgracias sin par en el valle mientras vivas, porque eres la Xana mala, qu’encaldas (que haces) calamidades, sin darnos ninguna dicha, por eso vas a morir ahora mismo por maldita! —Dijo una vieja rabiosa a la par que una pedrada le lanzó contra su cuerpo. Otras personas con saña a la vieja secundaron. Y así la Xana Rosina, la muchacha más hermosa que jamás criara el valle, la de mejor sentimientos, la de más puras maneras y naturales virtudes, moría a manos de sus gentes, apredreada y despreciada, tratada como una bruja, que sólo sembraba el mal. —Y Rosina no había sido nada más que un ángel bueno, que supo amar y vivir dentro de la libertad, tan natural y sencilla como la vida que crece en rico o pobre lugar, Rosina con ser antigua, siempre moderna será, como las mozas de hoy, si alguna sabe de veras lo que es la libertad, no el anárquico vivir que a su gusto se inventar. —Justamente el mismo día que sus malvados vecinos a la Xana asesinar, una peste pobló el valle, y’achegaba en fechura de morrinas, que dexaba a lus teixus ya les cortes, enxemaus de prexones y’animales, en fechura de cadarmus que fedíen, como guelen les morrines enus branus. (Y llegaba en hechura de mortandades, que dejaba a las casas y a los establos, sembrados de personas y animales, en forma de cadáveres que olían, como suelen hacerlo los cuerpos muertos abandonados en los campos con las calores de los veranos). —No fueron tardas las gentes de aquel próspero valle, en darse cuenta de que aquella calamidad que les rodeaba en forma de muerte, de dolor y de otros males, era un merecido castigo que el Cielo les enviaba, por haber dado muerte tan injustamente a la Xana Rosina, que era la criatura más deliciosa y buena que había nacido para bien de todos en el valle. —Pronto comprendieron todos al hacer memoria, que durante el tiempo que la melgueira Rosina había vivido junto a ellos, solo felicidad, alegría y bienestar habían gozado siempre, sólo desde el momento que tan vilmente la habían asesinado, sobre todos ellos desencadenárase la peor de las desdichas, tal parecía que la peor de las maldiciones pesara sobre ellos, para hacerles pagar la horrenda muerte que le propinaran a la inocente Rosina. Por esto, todos en la intimidad de sus pensamientos en un principio, le rogaban fervorosamente a la Rosina que les perdonara el cuantiosísimo mal que le habían hecho, y luego ya más tarde, todo el valle ya convencido de que sólo Rosina podría salvarlos de aquella maligna peste que llevaba a sus vidas y diezmaba a sus ganados, se reunieron en comunal junta las seis aldeas que formaban el valle, y acordaron con el consejo del cura que el veía en aquella santoral industria un saneado negocio para su cuarexa (cartera), levantarle en el centro del valle con todo el apremio que fuera posible, una pequeña capilla, dónde se veneraría la imagen de Rosina con el Santo nombre de Santa Rosa, que sería siempre la soberana y fiel guardadora de todas las gentes y eros de aquel valle, dónde siempre había vivido con la felicidad y alegría de un ángel, y había sabido morir, con la entereza, resignación y valentía, con que suelen hacerlo los santos mártires. —Y fue cosa casual, o tal vez milagrosa, pues nadie a ciencia cierta sabe hasta dónde llegan los misterios que encierran a la Humanidad, la historia o leyenda fue que nada mas que dio comienzo la santoral obra, otra vez volvió a reinar en el valle la alegría y a felicidad, la prosperidad y el bienestar que siempre tuvo, que según el parecer de todos desde el mismo Jardín del Cielo, a todos por igual les enviaba Rouxina, la Melgueira ya embruxante xanina, que ellos un día tentados por el mismo demonio, la habían insultado, despreciado e inhumanamente asesinado. —Y así todos los años, en la misma fecha que la habían tan vilmente apedreado quitándole tal vilmente la vida, viejos y jóvenes, gozosos y felices, alegres y llenos de sana y recia fe, cantaban y bailaban lo mismo que solía hacer la Xana Rosina, y satisfechos de natural felicidad se divertían al lado de su encantadora ermita, festejando con suprema fe su Romería.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > freirus

  • 14 apaigüestias

    Apaigüestias, son apariciones, alucinaciones, esta palabra encierra un sugestivo campo de creencias en fantasmas, o ánimas condenadas y también encierra las creencias mitológicas, con todas sus historias y leyendas descabelladas o quizás ciertas, pues este mundo nuestro no se hizo de la Nada, y desde el más sabio de los humanos hasta el más ignorante, llevamos muy dentro de nuestra alma o espíritu, una lejana o cercana creencia en algo que existe «Sobrenatural», que tras la muerte nos ha de premiar o castigar, con firme exactitud en todas nuestras obras buenas y malas que hemos hecho. Ahora les contaré una historia, o leyenda, que sucedió en una de mis aldeas hace ya muchos, muchísimos años, y que yo he escuchado cuando era pequeño, de lengua de una tía abuela mía, que en aquel acaecer con más de cien años de existencia encima de su cuerpo, aún tenía arreos para trabajar en sus tierras como cualquier persona que bien lo hiciere. «MARÍA LA XANTINA» Casárase María la hija del tío Jacinto, muchacha pequeña de estatura, pero grande de hermosura y de exquisitos sentimientos, con Amalio el del Aldexuxán (Aldea de Susana), joven que no tenía de bueno nada más que el ser un mozarrón como un carbayu (roble) y ser su padre el más rico y poderoso vaqueiru de todos aquellos contornos. Tal caxoriu (casorio) fue amañucáu (preparado), por Rexina la Porricona (Regina la Desnuda), que recibiera del padre del novio por haber hecho tal arreglo, un xaretal d'ablanus (pequeño prado muy cuesto plantado de avellanos). Diremos para comprender mejor esta historia, que la Porricona, era una mujer que gozaba de grande fama en toda aquella rica comarca, porque era la esposa de Lláurianu 'l Llóndrigu (Laureano la Nutria), porque era éste un hábil cazador de estos finos animales de ricas pieles, que de aquella infestaban los regueirus (torrentes) de todas las montañas y el río que cruzaba el fértil valle. También era el Llóndrigu un experto en curar todos los males que tuviesen las personas y animales, por tal razón aquel matrimonio, al decir de muchos vecinos, era una verdadera bendición del mismo cielo, cosa que aprovechaba la Porricona, p'esquicionar al sou antoxu nus tibeirus quei dexaben fatáus de bétchaes ganancies. (Para hacer cuanto se le antojase con sus arreglos, negocios, líos, etc., que le dejaban siempre muchas y ricas ganancias). La aldea de Aldexuxán estaba compuesta por poco más de una docena de vecinos, que todos ellos eran familiares entre si. No voy a detenerme a narrar los diferentes pormenores de la historia como me fueron contados a mí, simplemente me ceñiré a un hecho concreto, relacionado con la mitología o apaigüestias fantasmales o milagrosas, ancestrales creencias, de las melgueras gentes de mi embrujadora Tierrina. Sobre la aldea de Aldexuxán había pesado desde siempre un fatídico malificio, haciendo que sus gentes siendo las más ricas de la fértil comarca, no fuesen tan felices como todos los demás eran, porque jamás en toda su historia había nacido una mujer en ella. Las mujeres que se casaban con los hombres de la aldea de Aldexuxán, se condenaban a no poder tener jamás una hija, y por todo lo contrario, alumbraban varones fuertes y sanos, que se convertían cuando llegaban a la mocedad, en los mozos más esbeltos y fornidos de toda la comarca. Pero a pesar de ser tan buenos mozos, y todos ellos vaqueirus ricos, gozaban de muy escasas simpatías entre las mozas casaderas, por tal razón, muchos no lograban casarse, y cuando alguno lo hacía, casi siempre mediaba un «arreglo» de por medio. —Así, el padre de Amalio se puso al habla con la Porricona, para que arreglase la boda de su hijo con Mariela, muchacha virginal y encantadora, de la que estaba enamorado ciegamente su hijo. Prometiéndole a la Porricona si lo conseguía, que él le daría como favor, el xaretal de Riuscuru, (pradín de Río Oscuro), que lindaba con otra finca que ella tenía. Cuando Mariela supo por sus padres, que estaba destinada para ser la mujer de Amalio el de Aldexuxan, una grande tristeza se adueñó de su alma, que le robó su alegría, y las francas y felices sonrisas que en todo instante su espíritu alumbraba. Y así de apenada todos los días se le veía por su aldea, con sus hermosos ojos siempre enrojecidos por la quemante caricia de sus lágrimas, sin encontrar el consuelo que le devolviese aquella felicidad que antes gozara. Gran devota de la Virgen de la aldea habla sido siempre Mariela, con la que con una fe desmedida siempre oracionaba y hablaba, y así de esta manera, entre profundos y dolorosos suspiros, y lágrimas torrenciales que manaban de su desespero, el día antes de su boda, con la Santina de su aldea así dialogaba: —Virxencina melgueira, qu'achorandu 'l tou cháu venu, ameruxá d'un dollor que m'esfáe pel tristeyáu miou alma, mamplená d'un miéu que d'afechu, encuandiona toa l'allegría qu'endenantes en miou espíritu per uquier afroriaba. (Virgencita dulce y preciosa, que llorando a tu lado vengo, plagada de un dolor que me deshace por triste toda mi alma, rebosante de un miedo que en toda su extensión entierra la alegría que antes en mi espíritu por donde quiera afloraba). —Xantina 'l miou alma, que tous lus amalexius encantexas, nun me faigas xufrire, pos nun queru caxame sen amore per fuercia, you nun queru isi muzu que de güenu nun peca, y'endenantes de dir xuntua d'él a l’ilexa, más quixera morreme, aforcá conun rixu que m'añuede 'l gaznatu ya me faiga en morrida. Ya tal couxa fairéla, Xantiquina 'l miou alma, se deximesme agora, ya me dexes solina, nel atayu miou pena, qu'en llocura m'entrema. (Santiquina de mi alma, que todos los males si tu quieres arreglas, no me hagas sufrir, pues no quiero casarme sin amor y por fuerza, yo no quiero ese mozo que de bueno no peca, y antes de ir junto de él a la iglesia, más quisiera morirme, ahorcada con una cuerda, que me anude mi cuello, y me haga en ser muerta. Y tal cosa he de hacer, Santiquina mi alma, si me olvidas ahora, y me dejas muy sola, en el atajo de mi pena, que a la locura me lleva). Algo muy hermoso le contestaría la Virgen a Mariela, porque otra vez se le volvió a ver llena de sana y feliz alegría, quizás con más fuerza que jamás tuviera. Y así de contenta, cariñosa y feliz, ante la misma Santina que su pena esfixera (deshiciera), al siguiente día en la iglesia se casaba con el vaqueiru Amalio. El día de su boda, fue un domingo del mes de mayo, bañado por la luz del sol que todo lo alumbraba y lo erradiaba de vida, y como era domingo, era fiesta en la aldea, el jilguero cantaba y el malvís silbiotaba y las gentes humildes con paxiétchus de festa (trajes de fiesta), a la boda acudían de la dulce Mariela, la más hermosa moza que la aldea tenía. La que viétchus ya xóvenes (viejos y jóvenes), grande y puro cariño hacia ella sentían. Cuando todos estaban fundidos en sus rezos y el buen cura casaba a la virgen Mariela, se escuchó como un trueno, muy cercano y enorme, muy profundo y tenebroso, que hizo palidecer de miedo a muchas gentes del festejo. ¡Un castigo del cielo, murmuraban las viejas, ha de mandarnos Dios, por casar a esta santa, con un fíu (hijo) de la aldea en poder del demonio! Aquel confuso ruido que a las gentes atemorizara, por ser dadas a irse a los Lares Divinos, no era tal trueno que en el aire quedara sin dejar un vestigio, pues había sido un castigo, y todos sobrecogidos pensaron, que el Hacedor andaba en aquel cataclismo. Pues el xaretal d'ablanus (el prado de avellanos) que el padre de Amalio le regalara a la Porrica, por conseguir a Mariela como mujer de su hijo, argaxárase per tous lus cháus, escuatramundiánduxe 'n fondigouxes cuandies, dou s'allacaben lus ablanus esgazáus d'afechu, con lus raigones amirandu 'l cielu, lu mesmu que se dangún terremetu, bramara nel ventrón d'aquel xareteiru, dexándulu tan llabráu y'esfechu, comu 'n güertiquín de pataques que fora afocicáu per una cabaná de goches paridiegues. (Partiérase, corriérase por todos sus lados, deshaciéndose el prado entero en profundas ollas, donde se enterraban los avellanos del todo rotos, con sus retorcidas raíces mirando al cielo, lo mismo que si un terremoto hiciera explosión en el vientre de aquel prado, dejándole tan despedazado, como un pequeño huerto de sembradas patatas, que hubiese sido hocicado por una manada de cerdas paridas). Sin embargo, tan insólito acontecimiento pasados los primeros momentos, no restó a la fiesta la sana alegría, que todos disfrutaban en la boda de la querida Mariela, pues tras de fartase tous fasta 'l rutiar de lus bunus manxares qu'achindi per uquier topábenxe, (pues tras de hartarse todos hasta dejarlo de sobra, de los buenos manjares que allí por todas partes había), se enguedechóu 'l baítche qu'en toes les bodes les xentes encalducaben (se enredó el baile que en todas las bodas las gentes hacían), fechu per la múxica xaraneira y'allegre del pandeiru ya la gaita, e axín tóus enlloquecíus de gouzu danciarun entexuntus ya hermenáus fasta 'l mesmu albiare, xeitu nel qu'entamangarun folixouxa engarradiétcha de galgazus, ente dus mozacus del chugar de Mariela, ya lus rapazones de l'aldeina d'Aldexuxan. (Hecho por la música jaranera y alegre de la pandereta y la gaita, y así todos enloquecidos de gozo, bailaron entrejuntos y hermanados hasta que llegó el amanecer, lugar que prepararon una sonada pelea de estacazos, entre los mozos de la aldea de Mariela, y los mozarrones de la aldeina de Susana). Tal pelea fue originada por los desmedidos insultos despreciativos dirigidos a los mozos de Aldexuxan, por los de la aldea de Mariela, asegurándoles que no llevarían a la santina Mariela a vivir con ellos a su aldea maldita, donde jamás había nacido ni una sola mujer, por la causa de ser todos hijos del mismo diablo. Tras de la feroz pelea, donde no sucedieron achuquinamientos (muertes) por mor de las sabias intervenciones de los ancianos de entrambas aldeas, el novio, sulfurado y ensangrentado por la titánica lucha desarrollada, en aquel mismo amanecer acompañado de todos sus parientes, se llevó a Mariela que no hizo ni la mínima negativa, y no permitió que recibiese de sus padres ni el valor de una cuyar (cuchara) de cuanto a ella le perteneciese. —Acuétchula d'un reflundión el magotón d'Amaliu a la felliz ya xonriyente Mariela, ya namái conel paxiétchu puestu, escarranquetóula d'enría la xiétcha pintureira del sou cabatchu, ya despós, conun blincu de corzu puenxuse el tres d'echa, ya cudiáu per tous sous vecinus que yeren tous parentela, xebrárunse d'aquel chugar, esnalandu nel aire ixuxus d'allegría, axenitáus nus sous cabatchus axalbaxáus lu mesmu qu' echus ya lleldáus dientru d'una ñatural ya roxurosa allegría. (Asió de un rápido tirón el bruto de Amalio a la feliz y sonriente Mariela, y nada más que con la ropa que llevaba puesta, la ajinetó encima de la pinturera silla de su caballo, y después, con un salto de corzo púsose él detrás de ella, y escoltado por sus vecinos que eran todos parentela, se marchó de aquel lugar lanzando al viento ijujús de alegría, ajinetados todos en sus caballos asalvajados lo mismo que ellos eran, y crecidos dentro de una natural y enloquecedora alegría). La cariñosa bondad, y la fértil felicidad y alegría que en todo momento emanaba torrencialmente de la encantadora Mariela, muy pronto cautivó y contagió a todas las gentes del Aldexuxan, pequenos y grandes, con tal frenesí llegaron a quererla, a adorarla y mimarla, lo mismo que si se tratara de un ser sobrenatural, que había llegado a la aldea para alegrarles a todos sus vidas. Durante el tiempo de su preñez, era Mariela atendida en todo momento por las mujeres de la aldea, y los hombres y los niños, estaban más pendientes de ella, que de sus trabajos y sus juegos, siempre le traían del campo flores y variedad de frutos, y todos al mirarse en sus encantadores ojos, la felicidad y el gozo en sus espíritus advertían. Era Mariela para todos, algo que ni tan siquiera habían soñado que existiera. Al Aldexuxan habían llegado de sus aldeas todas las mujeres que la cuidaban y mimaban y ninguna de ellas jamás había sido feliz ni encontrado la alegría en su espíritu en aquel lugar al que muy pocas de ellas habían llegado por su propia voluntad. Sin embargo al mirarse en los resplandecientes ojos de Mariela, al sentir el hado misterioso que en todo instante rezumía de su ser, llegaba a sus entrañas por primera vez raudales de gozo y alegría, que las llenaba de felicidad, y de una dicha embriagadora y sublime. Por eso entre ellas silenciosa y secretamente empezaban a decir que Mariela era divina, misteriosa y buena, y que en cualquier momento el cielo la llevaría, y dejaría a la aldea tan llena de tristeza y pena como antes lo estuviera. —Xabela la muyer d'Antón el Curuxu, que yera la que mexor amañaba lus dellicáus fatiquinus pa lus guaxinus cabantes de ñacer, ya le fixera tous lus paxiétchinus y'escarpinacus que ñecexitare 'l melgueiru nenin que traxera 'l mundiu cundu betchara la xantina Mariela. (Isabel la esposa de Antón el Buho que era la que mejor hacía los delicados ropajes propios para los niños recién nacidos, ya había industriado todos los trajecitos, calzas y demás vestiduras, que necesitase el dulce niño que trajese al mundo cuando hiciese su alumbramiento la santina de Mariela). —Tamién Xacintu 'l Utre que yera abondu curioxu pa carpinteirar, fixera 'n trubiétchu con maera de ñocéu, qu'al falar de toes les xentes d'Aldexuxan, nin el más empericotáu de tous lus nenus ñacíus ya cuaxi, cuaxi 'n per ñacere, xamás de lus xamaxes oitre mexor nun hubiés d'aquién lu fixera. (También Jacinto el Aguila que era muy mañoso para hacer de carpintero, hiciera una cuna de madera de nogal, que al hablar de todas las gentes del Aldexuxan, ni el más afamado, ni suertudo niño nacido, ni casi, casi de los aún no nacidos, jamás de los jamases otra mejor no hubiese quién se la hiciera). Todo estaba preparado para el día que el angelín a la luz amaneciera, y todos en la aldea, desde su madre hasta el más inocente de los pequeños que por aquellos montes correteare, esperaban ilusionados la venida de aquel inocente ser, fruto de las entrañas de quien les había a todos sembrado en sus espíritus la dicha y la alegría, hasta ya le habían elegido los padrinos y hasta el mismo nombre que debía llevar, el asunto era que naciese dentro del tiempo natural, y que no le trajese ningún amolexíu (mal) a la santina Mariela. Como todo en la vida tiene su tiempo de espera, y todo cuanto se espera si atañe a los procesos naturales llega, así vino el momento del alumbramiento de Mariela. Fue una mañana de los principios de la primavera, cuando todos los árboles y las plantas despertaban jubilosos y en silencio a la floreciente vida donde comenzaban, los malvises y jilgueros volvían a cantar alegres y bulliciosos, tras la mudez que les infligiera el frío y nevado invierno, fue aquella luminosa y primaveral mañana cuando todas las gentes de la aldea, se reunían contentas y felices a la par que en sus interiores algo preocupadas y temerosas, como si presintieran que algo irremediable le habría de ocurrir a la santina Mariela. Digo que todos reunidos en la casa de Mariela, anhelantes esperaban tan natural y querido acontecer. Algunas mujeres llenas de firmes creencias, rezaban sin descanso, pidiéndole al Faidor (Hacedor) y a sus santos más allegados, que la feliz nueva se alumbrara por los cauces naturales, y que Mariela no cosechara arduos sufrimientos. Otras más mañosas en tales menesteres, parteaban ilusionadas y eficientes, en cuantos cometidos quce en tal proceso se requieren. Al fin, de las entrañas de la parturienta, brotó la vida, y todas las gentes al presenciar aquella recién nacida criatura, doblaron sus rodillas en el suelo, y una oración de gracia en el cielo pusieron, dentro de la gran dicha y alegría que jamás sintieron. Porque por primera vez en toda la historia de la aldea del Aldexuxan, había nacido una niña, una hermosa niña que rompía con su divino milagro, el maléfico castigo que les había acompañado siempre. Tal milagroso acontecer, alborozó a los vecinos del Aldexuxan en tal altura, que por unos instantes se olvidaron de la moribunda Mariela, y cuando al fin Isabela enloquecida por la alegría que le hacía caminar por el incansable sendero de la dicha, digo que Isabela se dirigió respetuosa y venerativamente hacia Mariela, y besándola con gran cariño en su frente radiante de felicidad le decía, que el maleficio que pesaba sobre las gentes de la aldea, de no haber tenido jamás una mujer, una niña, ella porque era una santina, lo había roto al alumbrar aquella preciosa criatura, que era para todos los seres del Aldexuxan el fin del conxuru (conjuro) que desde siempre sobre todos pesaba. La moribunda Mariela, con su sonrisa encantadora siempre pendiente de sus labios, y una luz misteriosa y hechicera que en todo momento de sus bellos ojos se desprendía, les hizo comprender a los allí reunidos, que eran todas las gentes del Aldexuxan, que era Mariela algo que pertenecía a la divinidad de lo desconocido, y que no podría morar entre ellos, nada más que con su espíritu. Así silenciosamente Mariela, a todos miraba cariñosamente y todos se sentían bajo su embrujante y acariciante mirada, protegidos de cuantos males en la Tierra hubiese, y navegantes en una dicha que ni en sueños la esperaban. Llué Mariela con sou melgueira fala, que yera múxica de lus mesmus ánxeles, a tóus les dixu 'ndenantes de que del sou curpu xebrárase la vida: (Luego Mariela con su dulce palabra, que era la música de los mismos ángeles, a todos les dijo antes de que de su cuerpo se marchase la vida): ¡Disde güéi, toes les múcheres d'ista embruxadora aldina, parirán nenus ya nenes. Lu mesmu que faen les femes de tou 'l mundiu, y'enxamás naide mirará a lus vuexus homes, comu fasta gora toes les xentes lus fixeron, nun vus ruegu namái, nistus postreirus xeñaldares de la miou vida, que nun catéis caxorius amañáus pa lus vuexus fíus, dexái qu' echus atopen ya curién lus sous cortexus qu’en xcitu 'l sou querer mexor lus falague. Pos nun ye nagua bonu arretrigar la xuventú 'l cubiciu antoxadizu qu'entamanguen lus sous páes. Pos abondu felliz ya rica ye la xente probe, que rucandu de borona un cantezu, ou 'n tortu fechu d'enría 'l llare, son dichóuxus ya fellices fasta que de viétchus muerran. Ya munchu probe y'esgraciaína ye l'oitra xente, qu'amamplén tién de tóu lu que ñecexita, y'enfelliz ye, perque nun puén disfrutayu, con amore ya bone compañe. (Desde hoy, todas las mujeres de esta embrujadora aldeina, parirán niños y niñas, lo mismo que hacen todas las hembras del mundo entero, y jamás nadie mirará a vuestros hombres con el desprecio que hasta ahora todas las gentes les hicieron. No os ruego nada más, en estos postreros respirares de mi vida, que no busquéis casorios preparados para vuestros hijos, dejazlos que ellos busquen y cuiden sus amores en el lugar que su querer mejor los halague. Pues no es nada bueno, amarrar la juventud, a la codicia antojadiza que hacen sus padres. Pues muy felices y ricas son las gentes pobres, que comiendo un mendrugo de pan duro, o una torta cocida encima del lar, son dichosos y felices hasta que de viejos se mueren. Y muy pobres y desgraciadas son las otras gentes, que poseen todo cuanto necesitan, e infelices son, al no poder disfrutarlo, con la paz del amor y la buena compañía). Así fue como se despidió la melguera Mariela, antes de entregar su sublime alma, al Infinito poder de la Divinidad invisible, dejando a su cuerpo muerto llorado con gran pena, por aquellas sencillas, naturales y nobles gentes de la aldea del Aldexuxan, que harían de ella al correr del tiempo, la Santina Mariela. Yo no puedo afirmar si esta narración es una historia, una leyenda o quizás un mito, sólo se decir, que mi tía abuela aseguraba cuando me la contó, que era tan cierto como que ella se tenía que murrer (morir). También recuerdo cuando yo era un guaxiquín (muy pequeño), haber escuchado decir a las más viejas de estas aldeas, aconxexandu (aconsejando) a las mujeres que teniendo varios hijos varones, ellas querían tener una niña y no lograban alcanzar tal deseo. Digo que las ancianas les aconsejaban así: —Lo que tenéis que hacer si queréis tener una niña, es rezarle todos los días con buena fe a la Santina Mariela, ya veréis como el primer hijo que tengáis sin ninguna duda ha de ser una hermosa niña.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > apaigüestias

  • 15 cold

    kəuld
    1. adjective
    1) (low in temperature: cold water; cold meat and salad.) frío
    2) (lower in temperature than is comfortable: I feel cold.) frío
    3) (unfriendly: His manner was cold.) frío

    2. noun
    1) (the state of being cold or of feeling the coldness of one's surroundings: She has gone to live in the South of France because she cannot bear the cold in Britain; He was blue with cold.) frío
    2) (an illness with running nose, coughing etc: He has a bad cold; She has caught a cold; You might catch cold.) resfriado
    - coldness
    - cold-blooded
    - cold war
    - get cold feet
    - give someone the cold shoulder
    - give the cold shoulder
    - in cold blood

    cold1 adj frío
    cold2 n
    1. frío
    2. resfriado / constipado / catarro
    tr[kəʊld]
    1 (gen) frío,-a
    are you cold? ¿tienes frío?
    it's cold today, isn't it? hoy hace frío, ¿verdad?
    2 (unenthusiastic, unfriendly) frío,-a
    1 (weather) frío
    2 SMALLMEDICINE/SMALL resfriado, catarro, constipado
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    as cold as ice helado,-a
    to be cold comfort no servir de consuelo, ser poco consuelo
    to be left out in the cold quedarse al margen
    to catch a cold resfriarse, coger un resfriado, acatarrarse
    to catch cold coger frío
    to do something in cold blood hacer algo a sangre fría
    to feel the cold ser friolero,-a
    to get cold feet (about doing something) entrarle miedo a alguien (de hacer algo)
    to give somebody the cold shoulder tratar a alguien con frialdad
    to go cold turkey slang estar con el mono
    to have a cold estar resfriado,-a
    to knock somebody out cold dejar a alguien inconsciente (de un golpe)
    to leave somebody cold dejar a alguien frío,-a, no darle a alguien ni frío no calor
    to pour cold water on something poner trabas a algo, poner pegas a algo, poner reparos a algo
    cold cream crema limpiadora, crema hidratante, crema facial
    cold cuts SMALLAMERICAN ENGLISH/SMALL embutidos nombre masculino plural, fiambres nombre masculino plural
    cold fish persona fría, persona seca
    cold meat embutido, fiambre nombre masculino
    cold snap ola de frío
    cold storage almacenamiento en cámaras frigoríficas
    cold truth verdad nombre femenino (desagradable)
    cold war guerra fría
    cold ['ko:ld] adj
    : frío
    it's cold out: hace frío
    a cold reception: una fría recepción
    in cold blood: a sangre fría
    cold n
    1) : frío m
    to feel the cold: sentir frío
    2) : resfriado m, catarro m
    to catch a cold: resfriarse
    adj.
    esquivo, -a adj.
    frío, -a adj.
    glacial adj.
    helado, -a adj.
    indiferente adj.
    resfriado, -a adj.
    seco, -a adj.
    n.
    catarro s.m.
    enfriamiento s.m.
    frío s.m.
    hielo s.m.
    resfriado s.m.
    resfrío s.m.

    I kəʊld
    1) <water/weather/drink> frío

    my feet are cold — tengo los pies fríos, tengo frío en los pies

    it's cold today/in here — hoy/aquí hace frío

    no, you're still cold, getting colder — ( in game) no, frío, más frío

    the trail had gone cold — se habían borrado las huellas; blow II 1) a)

    2)
    a) (unfriendly, unenthusiastic) frío

    to be cold TO o WITH somebody — tratar a alguien con frialdad, estar*/ser* frío con alguien

    to leave somebody cold: that leaves me cold — (colloq) (eso) me deja frío or tal cual (fam), (eso) no me da ni frío ni calor (fam)

    b) ( impersonal) < logic> frío
    3) ( unconscious) out II 1) b)
    4) ( without preparation) sin ninguna preparación

    II
    1) u ( low temperature) frío m

    to shiver with cold — temblar* de frío

    to feel the cold — ser* friolento or (Esp) friolero, sentir* el frío

    to leave somebody/be left out in the cold — dejar a alguien/quedarse al margen

    2) c ( Med) resfriado m, catarro m, constipado m (Esp), resfrío m (CS)

    to have a cold — estar* resfriado

    to catch a cold — resfriarse*, coger* un resfriado (Esp), agarrarse un resfrío (CS)


    III
    adverb (as intensifier)

    I've got the part down cold now — (AmE) ahora me sé el papel perfectamente or (fam) de pe a pa

    [kǝʊld]
    1. ADJ
    (compar colder) (superl coldest)
    1) (=lacking heat) frío

    to be cold — [person] tener frío; [thing] estar frío

    it was cold, the weather was cold — hacía frío

    the house was cold — la casa estaba fría, en la casa hacía frío

    to get cold — [food, coffee] enfriarse

    no, no, you're getting colder — (in game) no, no, cada vez más frío

    to go cold, your coffee's going cold — se te está enfriando el café

    - pour or throw cold water on or over sth
    comfort 1., 1), foot 1., 1)
    2) (=hostile) [look, voice, person] frío

    to get or receive a cold reception[person] tener un recibimiento frío; [proposal] tener una acogida fría

    to be cold to or with sb — mostrarse frío con algn

    3) * (=indifferent)
    - leave sb cold
    4) (=dispassionate)
    blood 1., 1), light I, 1., 1)
    5) [colour, light] frío
    6)
    7) (=unconscious)
    out 1., 15)
    2. N
    1) (=cold weather) frío m

    come in out of the cold! — ¡entra, que hace frío!

    to feel the coldser friolento or (Sp) friolero

    - leave sb out in the cold
    2) (Med) resfriado m, catarro m, constipado m, resfrío m (LAm)

    I've got a coldestoy resfriado or acatarrado or constipado

    to catch a cold — resfriarse, constiparse

    to have a chest cold — tener el pecho congestionado or cargado

    you'll catch your death of cold *vas a pillar un resfriado de muerte

    to get a cold — resfriarse, constiparse

    to give sb a/one's cold — contagiar or pegar un/el resfriado a algn

    to have a head cold — estar resfriado or constipado

    3. ADV
    1) (=abruptly)
    2) (=without preparation)

    he played his part coldrepresentó su papel en frío or sin haberse preparado de antemano

    to come to sth coldllegar a algo frío or sin preparación

    4.
    CPD

    cold calling Nventa f en frío

    cold cream Ncrema f hidratante

    cold cuts NPL (US)= cold meats

    cold fish N — (fig) persona f seca

    cold frame Nvivero m para plantas

    cold front N — (Met) frente m frío

    cold meats NPLfiambres fpl, embutidos mpl

    cold snap Nola f de frío

    cold sore Nherpes m inv labial, pupa * f

    cold start N — (Aut) arranque m en frío

    cold storage Nconservación f en cámaras frigoríficas

    to put sth into cold storage[+ food] refrigerar algo; * (fig) [+ project] aparcar algo *

    cold store Ncámara f frigorífica

    cold sweat Nsudor m frío

    cold turkey * Nmono * m, síndrome m de abstinencia

    cold war Nguerra f fría

    * * *

    I [kəʊld]
    1) <water/weather/drink> frío

    my feet are cold — tengo los pies fríos, tengo frío en los pies

    it's cold today/in here — hoy/aquí hace frío

    no, you're still cold, getting colder — ( in game) no, frío, más frío

    the trail had gone cold — se habían borrado las huellas; blow II 1) a)

    2)
    a) (unfriendly, unenthusiastic) frío

    to be cold TO o WITH somebody — tratar a alguien con frialdad, estar*/ser* frío con alguien

    to leave somebody cold: that leaves me cold — (colloq) (eso) me deja frío or tal cual (fam), (eso) no me da ni frío ni calor (fam)

    b) ( impersonal) < logic> frío
    3) ( unconscious) out II 1) b)
    4) ( without preparation) sin ninguna preparación

    II
    1) u ( low temperature) frío m

    to shiver with cold — temblar* de frío

    to feel the cold — ser* friolento or (Esp) friolero, sentir* el frío

    to leave somebody/be left out in the cold — dejar a alguien/quedarse al margen

    2) c ( Med) resfriado m, catarro m, constipado m (Esp), resfrío m (CS)

    to have a cold — estar* resfriado

    to catch a cold — resfriarse*, coger* un resfriado (Esp), agarrarse un resfrío (CS)


    III
    adverb (as intensifier)

    I've got the part down cold now — (AmE) ahora me sé el papel perfectamente or (fam) de pe a pa

    English-spanish dictionary > cold

  • 16 abrañar

    Abrañar es alinear, arreglar en todas sus vertientes al ganado, no sólo el que se encuentra en las brañas, puertos o morteras, sino también el que permanece en las cortes (cuadras) de la misma aldea. A mediados de la primavera es cuando se empieza a subir el ganado escosu (que no da leche) para los puertos, estas reses suelen por regla general ser magüetas (novillas) de tres años para abajo, unas están dandu la cría (preñadas), otras son manías (que no están preñadas), luego más tarde, hacia la última quincena del mes de mayo, que es cuando ya no se pueden pacer más los préus (prados) porque sino no dan la cosecha de hierba que se recuétche (recoge) en el mes de xuliu (julio) denominado el mes de la yerbe (hierba). Así pues, cuando los prados ya no se pueden pacer, se sube al puerto todo el demás ganado, exceptuando las xunturas (yuntas) que han de acarrear la hierba, estas vacas suelen ser las bétchaes (paridas), o las que están próximas abétchadar (a parir). Es cuando llega entonces el momento de abrañar en los puertos, de ir hacer la braña. Miles de veces y en diferentes lugares de mi Tierrina, allá por los apenados y hambrientos años de la post-guerra, siendo yo un guaxetín (chiquillo), fui abrañar para los varios amos que como criadín por mala o buena fortuna yo he servido. Había que buscar al ganado que guareciendu (pastiando) se encontraba en el extenso y comunal puerto, que muchas veces era muy difícil de dar con él, por causa de la borrina (niebla), que no permitía ver a uno ni la propia mano dellantri de sous güétchus (delante de los ojos). Nos solíamos orientar por el sonido de las chuecas, chocaretas, zumbus o zumbiétchus (cencerros), que llevaban las vacas más responsables y serias por así denominarlo de cada cabana (cabaña), supuesto que estas reses suelen ser las que capitanean a todas las demás. Me recuerdo que los enormes felechales (helechos) y demás matoxus (matorrales) que eran más altos que mi cuerpo, que por doquier poblaban todo el puerto, se encontraban en los días de borrinas baxas (nieblas bajas), ameruxáus d'orbayu (llenos de agua) que me ponían de pingandu (mojado) lo mismo que si vestido me tirase al agua. Pero todo aquello era nada cuando lograba dar con las vacas, que alegraban tan difícil búsqueda, y afalándulas muy contento me dirigía hacia mi cabanón (cabaña) y después de muxilas (ordeñarlas) atizaba un bon fuéu, (prendía un buen fuego) dóu m'enxugaba la moyadura que m'enciétbechar. (Dónde me secaba la mojadura que me ataba). Una vez que estaba bien enxuchu (seco) muy dichoso me enzulaba (comía) la fugaz y sabrosa cena que tan sólo consistía, en un zapicáu de lleiche (un jarro de leche) acompangáu (acompañado) d'un cantexu de borona ou pan d'escanda. (Un trozo de pan de maíz o escanda). Chuéu, despós, endutbechábame nel xergoncín de paya, ya xurniaba toa la nuétche comu 'n anxelín del cielu xebráu de la man del sou Faedor. (Luego, después, encogiéndome en el jergón de paja, dormía toda la noche como un ángel de los cielos apartado de la mano del Hacedor). Hay vaqueirus que xuben (suben) todos los días por la mañana y de tarde hasta el puerto a hacer la braña, los que tienen corte (cuadra) en la braña, meten sus vacas dentro para ordeñarlas con tranquilidad, pero aquellos que no poseen cabanu (cuadra) tienen que buscar ordeñar al entestate (al aire libre). Casi todos los vaqueirus que tienen que catar (ordeñar) sus vacas al entestate, suelen llevar alguna couxa (cosa) de la aldea para que las vacas la coman y estén así quietas mientras las afoixinan (ordeñan), esto se llama el manoxu (manojo) que es según la época del año de diferente manera. Así en el mes de Xuniu ya xuliu ye de segáu, (junio y julio es de pación), en agosto, setiembre y octubre el manuxín (manojín) suele ser de las fuéas ya pereícoteirus de lus ñarbaxus, (plantas de maíz) y también de focháus de frisou (también de ramas de fresno), que les gusta mucho a las vacas y son muy sanas y nutritivas, así como también muy peligrosas para sous ventrones ya rumiaxes (vientres y rumiajes) si las comen demasiado calientes. Otros vaqueirus llevan sal que bazcuchan d'enría 'l campíz (vierten encima del campo) y como a las vacas les agrada todo lo sallado, comencipien a chamber (empiezan a lamer) en tal lugar hasta que terminan con todo el campizo dando tiempo a que el vaqueiru la ordeñe con toda tranquilidad. También existen otros más ingeniosos que arrebaten les ganes de mexar fasta la gora de afoixinar (que aguantan las ganas de mear hasta la hora de ordeñar) y así después meando en el campizo mientras que la vaca pace y lame el lugar meado ellos con rapidez la ordeñan. Otros vaquierus sólo hacen la braña una vez cada veinticuatro horas, bien porque sus vacas tengan poca leche, o porque les interese escosalas (secarlas) para así tan sólo subir al puerto una vez cada semana a verlas. Y hay otros vaqueirus que duermen y moran en sus cabañas de las brañas y tan sólo bajan a sus aldeas una vez a la semana. Existe la creencia entre las gentes de mi Tierra no documentadas en las ancestrales y hermosas costumbres de nuestras embrujadoras aldeas, creencia divulgada por escritores que no saben dónde tiene, pongo como ejemplo el caldar la vaca (ubre), de que en Asturias no hay más vaqueirus que los de la Alzada y no recuerdo en estos momentos qué otro lugar. Mas yo les digo ahora que esos babayus de despacho que se reúnen en cabanáes (rebaños) formando las infantiles y ridículas sociedades de «Amigos del Bable» o del «Conceyu del Bable», etc., etc., que lo único que saben es buscar una popularidad ya muxiyes la corexa a les ñobles xentes de miou Tierrina (y ordeñarles la cartera a las nobles gentes de mi Tierra). Digo que estas respetables personas lo único que saben de la Llingua y costumbres ancestrales de mi Asturias. es lo que plagian en los archivos, en los escritos de otros escritores ya fenecidos que la mayor parte de ellos tampoco en estas materias no tenían namái qu'una migayina (nada más que una migaja) de idea. Y ahora que ya para la posteridad dejo dicho lo que son estas rencuayas (ruinas) sociedades, compuestas por profesores y otras ilustres personas, que de no ganar la Guerra Civil el General Franco, de seguro que estarían de peones camineros, porque francamente creo que para otro menester ellos no sirven. Todos estos señores con sus teorías y conferencias mistificadas, no saben cómo habla el pueblo, ni como trabaja, ni cómo sufre y ríe, ni como canta y llora, las costumbres y el habla del sencillo, simple y natural pueblo, sólo se aprenden formando parte de ese pueblo que s’acueye 'l llabiegu, falandu la Llingua de nuexus mayores (se coge al arado hablando la lengua de nuestros mayores, todos los días del año). Yo no podré competir jamás, ni tan siquiera lo intento, en los saberes de todos estos señores licenciados y profesores de los números y las letras, porque por mala o buena fortuna los maestros que yo he tenido, no me enseñaron las sapiencias de tan hermosas profesiones, ya que ellos casi todos analfabetos por naturaleza en la dimensión de los signos, de los números y letras, en vez de poner entre mis manos un libro, me punxerun cuaxi disde miou ñacencia, una ferramienta paque trabayandu me ganara 'l potaxe que la probina de miou má non podía dame. (Me pusieron casi desde mi nacencia, una herramienta para que trabajando me ganara el potaje que la pobre de mi madre no podía darme). Así por ejemplo, el mejor profesor que yo he tenido ha sido mi amo Salustiano, un vaqueiru de la aldea de Folgueras, xustu ya ñoble 'n tal fondura (justo y noble en tal hondura), filósofo e inteligente en tal altura, que no se desliza un día por mi vida, que en algún momento con nostálgico cariño yo no le recuerde. El no sólo me enseñó a llabrar, semar ya cuchar la tierra (arar, sembrar y abonar la tierra), sino que tamién m'adeprendióu faer d'un piazu de maera, de ñocéu, de frisnu ou faya, con mious propies manus el mesmu llabiegu. (También me enseñó a hacer de un trozo de madera de nogal, de fresno o de haya, con mis propias manos el mismo arado). M'adeprendióu d'enría lus fierrus a cabruñar sen cartiar el gadañu, (me enseñó encima del yunque con el martillo a adelgazar la guadaña sin ondularla ni estropearla). M'adeprendióu a domeñar les magüetes pa xuniyes al xugu ya faeyes trabayar sen dalgún rexabiu a entrambes manus. (Me enseñó a domar las novillas para uncirlas al yugo y hacerles trabajar sin ningún resabio a las dos manos). Me enseñó a curar los ganados cuando enfermaban d'angún amoláu (de algún mal), como la coxera ou maluca (cojera), los garbious ou rumiayu, (mal en la boca y rumiaje) bregonazus y'entelaures (hinchazones en el ubre y el vientre) y a darle la vuelta a un xatu dientru 'l ventrón d'una vaca qu’tal parilu traxéralu 'l revés, couxa que güéi nel día non sapien faer abondus bretinarius. (A un jato dentro del vientre de una vaca que al parirlo lo trajese al revés, cosa que hoy día no saben hacerlo muchos veterinarios). M'adeprendióu a inxertar lus pomares, zreizus ya peréus, (me enseñó a injertar los manzanos, los cerezos y perales), a fradar lus ciarrus pa que non dieren soma nus préus ya muxéranye 'l campíz el allumbrar mexor yerbe (a cortar los matorrales que cercaban los prados, para que no diesen sombra y le permitiesen al campo alumbrar mejor hierba). Me enseñó sin libros de ninguna clase a querer y respetar todas las criaturas vivientes, a no hacerlas sufrir ni esclavizarlas nunca, a servirme de ellas nada más que cuando la necesidad me obligase. Tamién me falaba, qu'en d'anguna teixá pudiés morar animal d'angún qu’en trabayu non lleldare. (También me decía que en ninguna casa debía de vivir animal alguno que un trabajo no efectuase). Me enseñó a ser libre y honrado, a querer y respetar a mis mayores, a no ser hipócrita ni servil, a no apartarme de la Natural Justicia hasta la muerte, y a no preocuparme mucho de las vanas leyes aunque en ocasiones injustamente las condenadas me castigasen. Me contó cientos de historias, leyendas y cuentos, me enseñó a pensar y filosofear con las cosas naturales, y todas estas maravillosas cosas yo las he aprendido, pensando y hablando en la embrujadora y galana Llingua Asturiana, por lo tanto yo conozco perfectísimamente el Idioma de mi Querida Llingua Asturiana, con el cual yo cuento a mis gentes astures cosas sencillas y naturales, de la misma manera que las he aprendido de boca de maestros analfabetos como mi querido amo Salustiano, el mejor vaqueiru que yo he conocido, el natural y sencillo filósofo que a mí sin libros, más me ha enseñado. Mi amo Salustiano, siempre se sintió muy orgulloso y ufano de sus vacas, a las que el y yo, cuidábamos en todo momento con verdadero celo y alegría, sin lugar a dudas, eran nuestras vacas las mejores de todo Asturias, y así lo reconocían todos los vaqueirus que medianamente entendían de ganado. Daba verdadero placer y envidia, mirar aquellas vacas gordas y lustrosas, todas ellas de la más pura raza asturiana. La corte (cuadra) de Salustiano estaba axeíta un poco allonxá (alejada) de la aldea, en la cimeirá (lo alto) de un praiquín (prado pequeño) que tenía m'apoxentáu (allanado), al lláu d'una fontona (al lado de una fuente) que tenía buenas aguas para abrevar el ganado. Yera una corte grandie, conun payarón que faía un par d'uce es de corcecáus de yerba. (Era una cuadra grande, con un pajar que hacía un par de docenas de rastros de hierba), y la cuadra era amplia y bien ventilada, óu s'arretrigaben nes fortes pexebréires (dónde se amarraban en las fuertes pesebreras), las diez soberbias vacas que en la sazón tenía mi amo Salustiano. Pero una noche fatídica nus fondeiráus de Ia xeronda (en los últimos días del otoño), d'aquién n'aquétcha nuétche del diañu, llantói fuéu 'l pachar, morriendu amagostáes toes les llozanes vaques del guenu de Xallustianu. (Alguien en aquella noche de los demonios, le prendió fuego al pajar, muriéndose asadas todas las lozanas vacas del bueno de Salustiano). Y aunque las autoridades del concejo hicieron todas las investigaciones precisas, nadie pudo descubrir jamás el autor o autores de tan monstruosa felonía. Algunos decían, que había sido un mal querer. Otros afirmaban que tal vez fuese un probe de lus munchus qu’apedigueñaben pe les aldés nus famientus tempus d'endenantes (un pobre de los muchos que pedían por las aldeas en los hambrientos tiempos de antes). Seguramente que el mendigo entraría sin ser visto per el boicairón del payar que nun tenía piesllítchu (por el ventanal del pajar que no tenía cerradura), con el ánimo de pasar la noche, y una vez achucáu ente la greba yerbe (acostado entre la seca hierba), diérale por fumar prendiendo fuego sin querer al pajar, y despós ameruxáu pel miéu fuyere. (Después lleno de miedo huyere). Lo ciertamente sucedido fue, que desde aquel trágico día, el alegre y dicharachero vaqueiru Salustiano, ya no cantó más, ni rió jamás, pues poco a poco una profunda tristeza le fue consumiendo, y meses más tarde se moría de pena, por estar pensando sin interrupción en el gran sufrimiento e inenarrable dolor sufrido por sus queridas vacas, dentro de aquel enorme incendio, que poco a poco las carbonizó, sin que nadie pudiese hacer por ellas nada. Así de humano, sencillo y natural, era mi amo Salustiano, el grande hombre, el excepcional pensador y filósofo analfabeto, el mejor vaqueiru de toda mi Tierrina, ya que muy posible fuese el único que en todo el Universo, que por el amor de sus vacas muertas en tan avernoso sufrimiento, que hizo crecer en só'anxelical ya melgueiru (su angelical y dulce) pensamiento una pena tan amamplenada (grande, enorme) que fasta'l mesmu fuexu del sou morrer tal atristeyáu l'afaluchóu. (Que hasta el mismo hoyo de su morir, tal entristecimiento lo arreó).

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > abrañar

  • 17 rockery

    plural - rockeries; noun (a heap of rocks in a garden with earth between them in which small plants are grown.) jardín de rocalla
    tr['rɒkərɪ]
    1 jardín nombre masculino de rocalla
    'rɑːkəri, 'rɒkəri
    ['rɒkǝrɪ]
    N jardín m de roca or de rocalla
    * * *
    ['rɑːkəri, 'rɒkəri]

    English-spanish dictionary > rockery

  • 18 two-up two-down

    English-spanish dictionary > two-up two-down

  • 19 трава

    трав||а́
    herbo;
    со́рная \трава herbaĉo;
    лека́рственные \траваы medicinaj herboj.
    * * *
    ж.
    hierba f, yerba f

    со́рная трава́ — mala hierba; собир. maleza f

    многоле́тние травы — hierbas vivaces

    кормовы́е травы — hierbas forrajeras, forraje m

    лека́рственные травы — plantas medicinales

    морска́я трава́ — alga f, fuco m

    магази́н (апте́ка) лека́рственных трав — herbolario m, herboristería f

    собира́ть тра́вы — herborizar vi

    пить, завари́ть траву́ — tomar, hacer una infusión

    поро́сший траво́й — herboso

    ••

    трава́ траво́й, как трава́ разг. ( о безвкусной еде) — insípido, soso

    хоть трава́ не расти́ погов. — con su pan se lo coma; ahí me las den todas

    траво́й поросло́, поросло́ траво́й забве́ния — cayó en el olvido

    ти́ше воды́, ни́же травы́ погов.(ser) más blando que una breva

    * * *
    ж.
    hierba f, yerba f

    со́рная трава́ — mala hierba; собир. maleza f

    многоле́тние травы — hierbas vivaces

    кормовы́е травы — hierbas forrajeras, forraje m

    лека́рственные травы — plantas medicinales

    морска́я трава́ — alga f, fuco m

    магази́н (апте́ка) лека́рственных трав — herbolario m, herboristería f

    собира́ть тра́вы — herborizar vi

    пить, завари́ть траву́ — tomar, hacer una infusión

    поро́сший траво́й — herboso

    ••

    трава́ траво́й, как трава́ разг. ( о безвкусной еде) — insípido, soso

    хоть трава́ не расти́ погов. — con su pan se lo coma; ahí me las den todas

    траво́й поросло́, поросло́ траво́й забве́ния — cayó en el olvido

    ти́ше воды́, ни́же травы́ погов.(ser) más blando que una breva

    * * *
    n
    1) gener. yerba, hierba
    2) Col. yuyo
    3) Centr.Am. zacate

    Diccionario universal ruso-español > трава

  • 20 abeyas

    Abeyas, abéas ou abiétchas, son abejas. Y son las abejas sin lugar a dudas, los únicos seres de toda la Creación, que sólo se alimentan con el néctar de las flores, fecundándolas a la vez con más profundidad y eficiencia que pueda hacer ningún otro insecto. Me recuerdo con allegre (alegre) nostalgia, que en mi aldea había muchos truebanales (colmenas) y en la última semana del mes de setiembre o la primera de octubre, era cuando se mataban los truébanus (colmenas) que más miel tuviesen en sous caxiétchus (sus panales), y esto se sabía sopesándolos, aquéllos que más pesasen se les condenaba a morrer (morir). La matanza de las abéas se hacía siempre denuétche (de noche). Se hacía una cuandia (poza) en la tierra de la lloxa (huerto) dou échas entrebanaben (donde ellas se acolmenaban) y dembaxu (debajo) del truébanu que tou 'l taba 'l entestate, (de la colmena que toda ella estaba abierta) se metía una mecha de azufre y con el fumu (humo) que de este químico se desprendía, las abejas amoriaben, (se entontecían) cayendo todas dientru 'l fuexu 'morrentáes (dentro el pozo medio muertas), no quedando dentro del truébanu namái qu’angunus zánganus que fasta pa morrer yeren folgazanes. (Dentro de la colmena nada más que algunos zánganos que hasta para morir eran holgazanes). Una vez muertas las abejas se enterraban dentro de la cuandia dou morrieran (de la poza donde habían muerto) y después se procedía a sacar los caxiétchus del truébanu que se xacupaben dientru una maxeruca fecha pa tal cheldar (los panales de la colmena que se vertían dentro de una artesa hecha para tal acontecer), y con la cueta de lus gruéxus (con el canto de las hachas) se mayaban fasta que tou échu se fexera trelda. (Se majaban hasta que todos se hiciesen líquido) pastoso y pegadizo, que con un caxilonín atongáu pa tal encaldar, una mútcher ou home curióuxu, diba 'bazcútchandu tou aquel vidrióxu ya pegañóuxu almíbar, d'anáes en anáes, dientru una fardelina de texíu mu xuníu, qu'agavitá d'enría un chaplón yera muxía per un ruendu de maera del que tiraben un home de ca lláu, esprimiénduye la miel qu'abaxaba a reguerines per d'enría 'l champlón qu’axifitábase dientru d’oitra maxeruca 'l lleldar qu’el ruendu per el qu’empuxaben lus homes diba primeiru con falagus ya despós con fuercia, dexandu 'l farcel escosáu d'afechu de toa la miel, nun quedandu namái que dientru d'él, la cera, qu'endespós xerviría pa faer les veluques qu’allumbraben les teixáes. (Que con un cajilón preparado para tal hacer, una mujer o un hombre alineado, iba vertiendo todo aquel vidrioso y pegadizo almíbar de vez en vez, dentro de una bolsa de saco de tejido muy fino, que colgada encima de un tablón, era ordeñada por un rulo de madera del que tiraban un hombre por cada lado, sacándole la miel que bajaba arroyando por encima del tablón que se apoyaba dentro de otra artesa, al acaecer que el rulo por el que empujaban los hombres, primero con halagos y después con fuerza iba dejando la fardela seca de toda miel, no quedando nada más dentro de ella, que la cera que después serviría para hacer las velas que alumbrarían en sus casas). Cuántas veces yo he pensado entusiasmado y feliz, al degustar aquellas mieles que hoy ya no existen, cuando hambriento, voraz y golosamente, me comía nas cuyaraínes (cucharadas) de aquel prietiquín manxar (moreno manjar), o enfarnando 'n cantexín (untando un pedazo) de pan, digo que mi pensamiento me daba con simples y naturales raciocinios, que yo estaba encontrando en aquella miel que me engullía, todos los aromas y exquisitos gustos que alumbraban las ubérrimas plantas de mi verde valle. Allí, en aquella densa, medicinal y fortaleciente miel, en aquel elixir casi divino, fabricado por las maravillosas abejas, seres hijos de la Madre Tierra que sin usar artificios de ninguna clase, desde los mismos umbrales de la Creación, son dueñas de una técnica natural y divinizante, que aún ningún ser nacido podrá jamás con tanta naturalidad y sencillez igualar. Digo que en aquella miel se encontraba el concentrado olor y gusto de los milenarios castaños, y de todos los árboles alumbrantes de flores que poblaban las abruptas montañas y el pequeño y apacible valle de mi aldea. En aquella miel, se encontraban los fragantes gustos y perfumes del incalculable número de flores que adornaban las verdes praderas que alimentaban los abundantes y variados ganados de mi aldea.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > abeyas

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